Ya han pasado dos años y siete meses desde que el dique de Son Blanc de Ciutadella entró en funcionamiento y la pérdida de pasajeros que ha conllevado para el puerto de Maó no parece haber tocado fondo. Ajena al auge generalizado que ha experimentado en 2013 el tráfico marítimo entre los menorquines y los turistas nacionales, la rada mahonesa ha visto como en los doce últimos meses se quedaban por el camino otros 11.736 pasajeros, un descenso del nueve por ciento, el único de los registrados en los puertos de interés general del Estado en Balears.
El nuevo descenso de usuarios del puerto de Maó hecho público por la Autoridad Portuaria de Balears contrasta con el auge registrado en el puerto de Ciutadella, que ha ganado en el último año 28.465 pasajeros, un 13,8 por ciento más que en 2012. El cómputo global arroja un aumento de usuarios del tráfico marítimo del 5 por ciento. En total casi 17.000 viajeros que han optado por el barco para sus movimientos entre Menorca, Mallorca y la península.
El auge de pasajeros que sigue experimentando Ciutadella desde que abrió el dique queda patente con las cifras de la compañía Baleària, que ayer informaba que en las rutas con Alcúdia y Barcelona han vivido un incremento del 15 por ciento de usuarios. Desde la compañía explicaban ayer que «la caída de las conexiones aéreas con las islas y los elevados precios han influido», aunque también destacan la «atractiva» oferta generada por la empresa.
También desde la empresa Iscomar, que cubre la ruta entre Ciutadella y Alcúdia, coinciden en afirmar que ha habido un repunte de clientes: «Sobre todo de estudiantes», explica el delegado en la Isla de la compañía, José Ignacio Seguí, quien recuerda que el barco perdió adeptos que ahora, «con la subida espectacular de los precios aéreos», vuelve a recuperar.
Desde el sector naviero apuntan a otro perfil de usuarios que se decantan por el barco, los turistas nacionales, que optan por viajar con su vehículo, que se benefician de ofertas cada vez más atractivas y que, como recuerdan desde Baleària, «se pueden aprovechar de una de las principales ventajas de viajar en barco, que es la facturación de las maletas en casa, sin limitaciones de peso». El perfil de sus clientes es principalmente nacional y familiar.
El delegado menorquín de la Asociación de Agencias de Viajes de Balears (AVIBA), Gabriel Pons, coincidía ayer en que uno de los factores que han hecho que muchos turistas nacionales se pasen del avión al barco es el precio y, sobre todo, el que se paga por el paquete de viaje más alquiler de coche en comparación con viajar con el vehículo propio. Asimismo entiende que «hay más alegría en los desplazamientos», en alusión al pequeño auge experimentado. Las cifras respaldan la sensación del sector. En contraposición al auge de usuarios del barco, se sitúa un descenso del 4,5 por ciento del tráfico de pasajeros nacionales en el aeropuerto, 53.873 menos que en el año 2012.
El efecto del dique
La nueva caída de pasajeros experimentada por el puerto de Maó es aún más relevante si se tiene en cuenta el contexto. El trasvase de pasajeros desde Maó a Ciutadella todavía no parece haberse detenido. En 2010, el último completo antes de la ampliación del puerto de Ciutadella, Maó registró un total de 201.137 pasajeros, 86.962 viajeros menos que los contabilizados en 2013, una caída acumulada del 43,2 por ciento.
La única noticia positiva del balance de 2013 para el puerto de Maó es la llegada de turistas de crucero. El aumento de las escalas registrado en 2013, principalmente por la gran apuesta realizada por la empresa MSC Cruceros, permitió que la rada de Llevant experimentase un espectacular aumento del 78 por ciento en la llegada de cruceristas, cerca de 96.000 turistas más.