El secretario general de la Cámara de Comercio de Menorca, Pedro Monjo, ha explicado este jueves que la entidad ha logrado «doce meses más de supervivencia» a costa de despedir a toda su plantilla excepto a una persona.
A finales del año pasado, la entidad cameral, que preside Magda Pons-Quintana, anunció que se quedaría sin fondos en primavera de 2014 y que tendría que disolver la organización, lo que se ha evitado mediante un recorte drástico de gastos.
La actual normativa ya no obliga a las empresas a pagar cuotas de afiliación, por lo que la continuidad de la Cámara de Comercio sigue en el aire, ha reconocido Monjo.
Los responsables de la entidad están elaborando un plan de viabilidad y busca negociar convenios con las administraciones públicas que le permitan obtener financiación.
«Esperamos la asignación de funciones remuneradas», ha asegurado Monjo, que ha subrayado que las cámaras de comercio tienen como labor la formación de trabajadores y la promoción exterior de las empresas locales.
Por ello, confía en recibir encargos de la Conselleria de Industria del Consell insular por medio de delegaciones de funciones y cobrar por esta labor.
Hasta el momento, ya han mantenido reuniones con representantes del Govern balear y del Consell de Menorca al respecto. «Hemos recibido buenas palabras, pero si no logramos dinero no lo conseguiremos» explicó Monjo.
Para el secretario general, estos pagos de las instituciones deberían permitir contratar a más personal, «porque una sola persona trabajando en la Cámara no puede realizar todos los servicios que se deberían prestar».