El diputado socialista Guillem García Gasulla (Lleida, 1948) se ausentó del Congreso durante la votación de la Ley de Abdicación para no «incomodar» a su partido. A través de su blog personal, el representante del PSOE-Menorca en las Cortes rompió ayer su silencio para revelar que quería votar en contra, pero que prefirió actuar así por «el malestar que, parece, iba a ocasionar mi voto negativo entre las personas que dirigen el partido». Así que, «aún a riesgo de violentarme yo mismo», invocó «el principio médico del primum non nocere (en primer lugar, no hacer daño)» y abandonó su escaño, «asumiendo la responsabilidad de este hecho».
Fue la única explicación del diputado menorquín en las 24 horas posteriores a su espantada. Pese a que muchos medios volvieron a requerirle ayer declaraciones, siguió sin coger el teléfono a los periodistas y remitió a la dirección insular del partido, para quien el tema «ya está absolutamente cerrado».
Lejos de recriminarle, el secretario general del PSOE-Menorca, Vicenç Tur, cerró filas ayer en torno a su diputado en Madrid. Aún cuando altos dirigentes del partido y compañeros de Tur se mostraban en un primer momento tan indignados que incluso abogaban por su dimisión, el líder de los socialistas menorquines se limitó ayer a «respetar muchísimo» su parecer y el del diputado, para acabar concluyendo que, al haberse ido del Congreso antes de la votación y haber roto la disciplina de grupo, Guillem García «está bastante en línea con lo que hemos pregonado y acordado estos días». Se refiere, especialmente, al acuerdo unánime adoptado el sábado por el comité insular, que abogó por impulsar el referéndum en torno al modelo de Estado y plantear una reforma de la Constitución.
«Sí, tenía otras salidas, pero todas eran igual de complicadas», dijo Tur, quien restó importancia al hecho de que García Gasulla no se haya explicado públicamente. «Ya ha dado explicaciones a quien debía», dijo, y recordó el caso reciente del diputado popular Juan Carlos Grau, que «votó a favor de las prospecciones apenas días después de haberse manifestado en contra. Aún esperamos sus explicaciones».
Conclusión: nadie desde Menorca tomará medida alguna en su contra. Pero sí Madrid. Aún cuando Alfredo Pérez Rubalcaba le trató con corrección cuando García Gasulla le anticipó su deseo de desmarcarse del voto unitario del PSOE y el diputado optó por irse para no «incomodar» a la dirección nacional, nada le librará de la sanción que estudia imponerle el Grupo Parlamentario Socialista.