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Xavi Morató se alza con el Born

El autor catalán recogió ayer en Ciutadella el prestigioso galardón teatral por «Un peu gegant els aixafa a tots», una obra moderna que ahonda en las relaciones de pareja

El autor catalán recogió la estatuilla que le acredita como ganador de la edición número 39 del Premi Born de Teatre, cuya fiesta anual se celebró ayer en la sala multifuncional del Canal Salat | Josep Bagur Gomila

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El cuadro de honor del Premi Born de Teatre cuenta con un nuevo miembro, el dramaturgo catalán Xavi Morató (Barcelona, 1983), quien ayer se hizo con el prestigioso galardón gracias a la obra «Un peu gegant els aixafa a tots».  El autor recibió el premio durante la celebración de una gala que tuvo lugar en la sala multifuncional del Canal Salat, donde se desveló la esperada decisión del jurado.
Fue precisamente la presidenta del mismo, Natalia Menéndez, directora del prestigioso Festival de Teatro de Clásico de Almagro, quien argumentó ante la prensa la decisión tomada. Fue clave, explicó, «la originalidad del dramaturgo en el tratamiento temático de la relación de pareja», así como «la variedad de lecturas y representaciones que puede generar». Igualmente, el jurado puso el acento también en «la elaborada escritura dramática y la singularidad en la creación de los personajes, con la inclusión de la propia figura del autor».

Respecto a la temática, reconoce el propio Morató que «obras de parejas se han visto muchas» y que la idea era «intentar darle una vuelta más y ver qué podía pasar si no le ponía límites». «Un peu gegant els aixafa a tots» supone un giro sustancial en la carrera del dramaturgo, quien reconoce que se trata de una obra que resulta de una herencia muy concreta, la legada por otro ganador del Premi Born, Carles Batlle (ganador en 2008 con «Oblidar Barcelona»), quien fue su profesor en un curso de teatro contemporáneo. «Ha sido un ejercicio de estilo y de autor. Siempre tenía tendencia a hacer teatro para que se representase, pensando en dejar las cosas claras, y en este caso he jugado al contrario», confiesa Morató. «Gran parte del atractivo», añade, «está en las diferentes posibilidades que ofrece la historia, en no cerrarse y no poner límites».

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