¿Se imagina que de repente desaparecen los medios que tiene a su alcance?; ¿le gustaría pensar que es posible una vida mejor?; ¿cree que todavía existen valores? Con el fin de dar respuesta a todos estos interrogantes nace el proyecto Dona be social, una nueva forma de regalar solidaridad. Los tres jóvenes emprendedores Jordi Seguí, Xiscu Fèlix y Gabi Miñarro lanzan esta marca que consiste en la venta de pulseras solidarias realizadas en Menorca, con materiales de primera calidad y con un diseño vanguardista. El 50 por ciento del importe de cada venta se destinará a una asociación o proyecto.
La primera entidad elegida es la Asociación Española de Huesos de Cristal (AHUCE). Cabe recordar que en la Isla existen tres casos afectados por la osteogénesis imperfecta, entre ellos, Martina, una bebé de Maó que ya ha motivado otro tipo de iniciativas de sensibilización social sobre esta patología. No obstante, y aunque esta asociación sea la primera en estrenarse, el objetivo de los tres socios es que se vayan incorporando otros proyectos y que cada comprador elija a cuál de ellos quiere destinar el importe. En aras a la transparencia, todas las ventas se realizarán a través de la página web de la marca y cada uno de los donantes recibirá un mail de confirmación de la asociación elegida
Jordi Seguí explica que es la primera iniciativa de la marca pero la intención es que no se limite a este producto. El proyecto nació el pasado invierno en busca de «una manera de aportar su granito de arena a esta sociedad».
Xiscu Fèlix indica que las pulseras se presentan en varios acabados, en concreto, hay dos modelos para hombre, además de cuatro tamaños diferentes (de los 0,8 a los 3 centímetros de grosor) para mujer en varios colores. La pulsera está elaborada en piel de vacuno y cosida a mano. Están fabricadas en la Isla por la empresa Vanderly. El precio medio es de 130 euros. Los emprendedores aspiran a que la marca tenga una proyección internacional. Gabi Miñarro relata que el punto de partida es Maó y Menorca pero «pretendemos implicar tanto a menorquines que han saltado el charco como a aquellas personas que están vinculadas con la Isla y que pueden ser fieles embajadores de la iniciativa».
La alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, se prestó a participar activamente con el proyecto. Ha sido la primera en comprar una pulsera Dona be social y, por tanto, la primera en lucir este tipo de solidaridad.