El fallido proyecto de ampliación del vertedero de Milà II, elaborado por el grupo Terratest, cuesta 12.150.739,57 euros, casi cuatro millones y medio más (un 58% más caro) del presupuestado por la UTE Gemma-Incive, que en mayo de 2007 ya recibió el encargo de proyectar la misma obra, cifrada entonces en 7.707.788,07 euros.
La propuesta de Gemma SA-Incive SL, por cuya asistencia técnica percibió 83.704,08 euros, contemplaba excavar tan solo 30 centímetros para instalar encima una capa aislante de impermeabilización de 90 centímetros de grosor, a base de arcilla, lo que situaba el terreno susceptible de acoger el vertido de basura 60 centímetros sobre la cota anterior.
El proyecto ya se encontraba en plena tramitación, sometido a exposición pública, cuando la Conselleria de Medio Ambiente advirtió de la insuficiencia de las medidas planteadas, adujo la necesidad de usar material Trisoplast para impermeabilizar y requirió que fuera el propio gestor del basurero de Milà, Juan Mora, quien se erigiera en promotor de la obra.
Eso hizo que, sin mediar informe justificativo, se renunciara al anterior proyecto y el explotador encargara la ampliación a Terratest, que por entonces ya trabajaba en las obras de clausura y sellado del vertedero de emergencia de Son Reus, en Mallorca.