El GOB terció ayer en la polémica ampliación del vertedero de Milà II para pedir que el nuevo concurso público que pretende otorgar la concesión de la planta para los próximos 25 años no reincida en el mismo error del modelo seguido hasta ahora. «Hace 30 años, se montó una planta de compostaje con la que Menorca apostaba por convertir la materia orgánica en un recurso útil, pero este objetivo ha fracasado en gran medida».
Y eso es así porque, sin implantar la recogida separada de materia orgánica en origen, tal como reivindica la entidad, «mezclamos todos los residuos, los compactamos con camiones y luego los separamos en Milà, de tal forma que el compost resultante es de muy mala calidad y no halla salida en el mercado».
Plantas de reciclaje
También los restos de obra -recuerda- llegaban hasta no hace mucho a Milà, hasta el punto de suponer entonces el 80 por ciento del volumen entrante, pero la apertura de las distintas plantas de reciclaje de la Isla ha ido dando una segunda vida a este material, que ya no termina en el vertedero.
Por eso, el GOB apuesta por ahondar en la reutilización de residuos para «incorporar estas políticas a las condiciones de la nueva concesión» que se está licitando en estos momentos. La lectura de los ecologistas es clara. «Si seguimos así, dentro de 25 años habremos tenido que volver a ampliar el basurero, o a crear otro nuevo. Y resulta infinitamente más caro ejecutar obras de estas características que hacer campañas de concienciación o implantar sistemas de recogida más inteligentes».