Ferran Porto Vila (Pollença, 1948) es el consejero delegado del Grupo Porto, que lidera junto a su hijo Arnau Porto Dolc. Acaba de adquirir los activos hoteleros del Grupo S'Algar, de la familia Sintes.
La empresa que regenta el Club Pollentia, con 1.500 plazas, suma así otras 1.500 camas de los hoteles S'Algar, San Luis, los complejos de apartamentos de Las Palmeras, Rafalet y Vista Faro, y la explotación (en alquiler) del hotel cinco estrellas La Quinta, en Son Xoriguer.
Porto Vila cuenta con una larga trayectoria en el sector turístico. A finales de los 80 entró en el negocio hotelero y entre 1992 y 1998 ostentó la presidencia de la Federación Hotelera de Mallorca. Ahora, el Grupo Porto no amaga sus planes de expansión. Su objetivo, crear una gran cadena, con presencia nacional e internacional. Y ha escogido la Isla para dar el primer paso de este proyecto.
¿Cuál es el objetivo de la adquisición del Grupo S'Algar?
— La operación pretende dar continuidad a la labor de la familia Sintes, y como empresa familiar que somos intentaremos hacerlo lo mejor posible.
¿Cómo se gestó la operación?
— Valoramos distintas opciones interesantes en la Isla, ya que para nosotros Menorca es especial y entrañable. Y al final surgió la posibilidad de llegar a un acuerdo con la familia Sintes.
¿Se puede hacer público el coste de la inversión?
— Tenemos por costumbre no hablar de cuestiones internas.
Amplían presencia en Balears, y se habla de abrir hoteles en Canarias, en la Península e incluso en el Caribe.
— Es el primer paso hacia la creación de una cadena hotelera. Y todas las cadenas tiene como objetivo expandirse, aunque ello lo marca la capacidad financiera y las oportunidades. Hay voluntad de crecer.
¿Los cerca de 200 puestos de trabajo están asegurados?
— Sí. Abriremos con el mismo equipo, porque los necesitamos para aprender cómo se trabaja en Menorca.
¿Cuál será el papel de Menorca dentro del Grupo Porto?
— El número de plazas es parecido, aunque somos conscientes que la situación en Mallorca es más favorable...
... Los indicadores económicos y turísticos aquí son peores.
— En Menorca hay muchas dificultades por la conectividad, pero también es cierto que la Isla tiene unos fundamentos turísticos importantes. Y eso es la base. Hay dificultades, pero con esfuerzo saldremos.
En 2014 vinieron a Menorca más turistas, pero el gasto turístico cayó.
— Europa no vive una situación boyante Y eso influye. Ahora bien, el gasto turístico depende también del producto que se vende. La salida pasa por mejorar el producto y así se podrá vender a un precio superior.
El problema en Menorca es la estacionalidad, con temporadas de tres o cuatro meses.
— Lo sabemos, pero haremos todos los esfuerzos para alargarla, igual que hemos hecho en Mallorca, donde abrimos desde febrero a noviembre. Eso sí, siempre que los elementos, como los acuerdos con los turoperadores y la conectividad, nos acompañen, porque sino sería inutil, ya que no habría rentabilidad.
¿Este esfuerzo de alargar la temporada será una realidad este año?
— Esta temporada abriremos en la fecha programada, a principios de mayo, aunque si hay posibilidad intentaremos adelantarla.
¿Qué tipo de turista acogerán los hoteles que han adquirido en Menorca?
— El mercado principal es el británico, seguido del nacional, sobre todo catalán. Trataremos con estos mercados, pero también con el resto. Para diversificar es importante el trabajo 'on line', donde hemos dedicado grandes esfuerzos.
¿Qué tiene Menorca que no ofrezcan otros destinos como Mallorca?
— Menorca es una isla con personalidad propia. La naturaleza, las playas vírgenes es el gran atractivo para los clientes que buscan un destino más pequeño y menos poblado. Además destaca en el aspecto cultural y tiene dos impresionantes puertos naturales.