La dirección del Grupo Socialista en el Congreso tiene decidido imponer la máxima sanción, que consiste en una multa de 600 euros, al diputado menorquín Guillem García Gasulla, por votar en contra de la proposición de ley en la que se plasmaron las medidas penales acordadas por PP y PSOE para reforzar la lucha contra el terrorismo yihadista.
Según ha informado el propio parlamentario a Europa Press, la dirección de su grupo ya le ha comunicado que ese será el castigo que recibirá por haberse saltado la disciplina de voto en el Pleno de pasado 19 de febrero.
Pero antes de hacer efectiva la sanción, el grupo que dirige Antonio Hernando ha dado a García Gasulla la oportunidad de presentar alegaciones, tal y como establecen las normas internas del Grupo Socialista.
El diputado ya ha remitido un escrito en el que se reafirma en sus argumentos para rechazar la proposición de ley, insiste en su negativa a votar medidas que amenazan con violar derechos y libertades fundamentales de los individuos, como sucede, a su juicio, con la prisión permanente revisable que el PP ha incluido en su reforma del Código Penal.
SE DEFIENDE CON LA CONSTITUCION
García Gasulla, quien en unas alegaciones anteriores ya apeló a la Constitución para recordar a la dirección de su partido que el voto de los diputados es «personal e indelegable», vuelve a esgrimir la Carta Magna para defender su decisión de romper la disciplina de partido, aunque ya asume que será multado.
Se da la circunstancia de que el Pleno del Congreso volverá a votar el próximo jueves, ya para su aprobación definitiva tras su paso por el Senado, la proposición de ley con las medidas antiyihadistas que provocó el desmarque de García Gasulla. Sin embargo, el diputado balear no estará presente en esta nueva votación por tener que someterse a una prueba médica.
García Gasulla ya se saltó la disciplina de voto en la ley que dio forma legal a la abdicación de Juan Carlos I, pero en aquella ocasión optó por no participar en la votación del Congreso para no tener que emitir un voto a favor con el que no estaba de acuerdo.
Como aquel episodio ocurrió con Alfredo Pérez Rubalcaba de secretario general del PSOE, la nueva dirección socialista de Pedro Sánchez y Antonio Hernando decidió amnistiarle meses después al igual que al donostiarra Odón Elorza, que ahí se abstuvo, y la gallega Paloma Rodríguez, que tampoco votó.