Considerada, fundamentalmente, una isla tranquila, Menorca deberá ajustarse un año más a esa etiqueta porque no verá incrementada su dotación policial durante la temporada de verano en la que su población se sitúa en más del doble de personas si tomamos como referencia los datos del año anterior.
Ni el Cuerpo Nacional de Policía, ni tampoco las policías locales, salvo en Ferreries y Es Mercadal, asumen refuerzos durante la temporada estival, mientras que los de Maó y Es Migjorn son los que más acusan el aumento de trabajo con menos efectivos. Solo la Guardia Civil incorpora cada año a varios agentes -aún sin determinar para el próximo- durante los meses de julio, agosto y septiembre. La Policía Nacional se mantiene con 150 efectivos en Maó y con 32 en Ciutadella, cifra que se incrementa únicamente en las fiestas de Sant Joan con la llegada de agentes de la Unidad de Previsión y Reacción. La gran diferencia entre una ciudad y otra se debe a que la Comisaría de Maó atiende los servicios del Centro Penitenciario.
La ausencia de vacantes, en un caso, porque no se crean nuevas plazas, y los equilibrios presupuestarios que deben realizar los ayuntamientos, en otro, dejan el panorama insular con las mismos efectivos de seguridad en diciembre y en agosto, los meses que marcan las puntas de menor y mayor población en este territorio, es decir, 93.044 personas frente a las 201.333 del mes vacacional por excelencia.