La organización ecologista Greenpeace alerta de la «destrucción de la costa de Sant Lluís» en su primera radiografía social del medio ambiente en España, un estudio en el que señala, comunidad por comunidad, más de 400 puntos negros del país, así como 214 ejemplos positivos a seguir.
En el caso de Menorca, la entidad avisa de que Sant Lluís se encuentra entre los 25 municipios de toda España que más han destruido su litoral y que cuentan con las costas más urbanizadas. No escapa que esta advertencia podría deberse también a la repercusión social que ha tenido la reciente construcción de un parque acuático en una zona protegida de Biniancolla, en el término de Sant Lluís, y que ha llegado a acumular 10.000 firmas en la plataforma de internet Change.org. La lectura de que el proyecto «pretende lucrar a un grupo reducido y que se establece por encima de las regulaciones existentes, revalorizando terrenos o aprovechando lagunas legales», tal como rezaban los promotores de la queja por internet, explicaría que Greenpeace ponga un negativo a Sant Lluís y le incluya en el mismo saco de los que «la destrucción del medio ambiente, crisis económica y corrupción van a menudo de la mano».
Además de este tirón de orejas de la entidad ecologista, también advierte sobre la central térmica de Maó por agravar la pobreza energética y por considerar que «el precio a algunos negocios no solo lo paga el medio ambiente sino la salud de los ciudadanos».
Al otro lado de la balanza, Greenpeace aplaude las políticas positivas en la defensa del medio ambiente en lo que respecta a la reserva marina del norte de Menorca, además de destacar al Consell como administración declarada libre de transgénicos.