Licenciado en Administración y Direción de Empresas por la Universidad Alfonso X El Sabio, Koldo Urtasun (Madrid, 1977) inició en 1995 su trayectoria profesional en el sector bancario, con actividades en Londres, Madrid y Ginebra. En 2006 se incorpora a la empresa familiar,. Consejero de varias empresas del grupo, ha impulsado la diversificación en los sectores de alimentación, bebidas y turismo.
En 2006 inicia el 'proyecto Torralbenc' en Menorca, al adquirir esta finca. Abrió el agroturismo en mayo de 2013, pero el proyecto aún no está concluido: de las 70 hectáreas de superficie, se han plantado 10 de viñedos y otras seis de olivos. El objetivo consiste poner en explotación toda la finca y construir una bodega.
¿Cómo empieza su relación con Menorca?
— Arranca con la compra de Torralbenc Vell de Alaior.
¿Cómo decidió invertir aquí?
— Un conocido que tenía mucho contacto con la Isla nos ofreció comprar esta finca para crear y poner en marcha una bodega.
¿Ha sido una decisión acertada?
— A día de hoy, sí. Si me hubiesen preguntado en otro momento, por las dificultades que hemos tenido, seguramente habría contestado lo contrario.
¿Tiene otros proyectos para desarrollar en Menorca?
— Tenemos pendiente terminar nuestro proyecto en Torralbenc, con la construcción de la bodega. Ya estamos trabajando con los arquitectos para presentarla antes de terminar el año. Fuera de Torralbenc nos gustaría desarrollar otras iniciativas, pero hasta ahora no hemos encontrado nada que nos dé las garantías para afrontar y superar todas las dificultades que hallamos.
¿Qué le sorprende de esta isla?
— La naturaleza, la luz, el mar. Menorca es una isla única. No para de sorprender al visitante.
¿Cuáles sus puntos fuertes?
— La naturaleza y su localización. Su oportunidad principal, que hay muchas cosas por hacer.
¿Y cuáles son los puntos débiles que ha detectado ?
— La dificultad para desarrollar los proyectos.
¿Cuáles son sus propuestas a favor del progreso de Menorca?
— Deberían mejorar las comunicaciones con las capitales europeas. La falta de vuelos durante el año hace que sea complicado luchar contra la temporalidad.
¿Hacia dónde debe dirigirse el campo de la Isla?
— La convivencia del turismo y la actividad agraria en un mismo espacio me parece que es el futuro de muchas fincas abandonadas. Existe una oportunidad para atraer a visitantes que buscan este producto. Hay que ofrecer productos de valor añadido y gran calidad.
¿Es Menorca la Toscana de Balears, o puede llegar a serlo?
— Cada una tiene su propia identidad. Menorca tiene el potencial. Hoy todavía estamos lejos de la Toscana en cuanto a oferta y reconocimiento internacional. Hay que apostar claramente por la calidad, en turismo y en agricultura.