El gobierno de Ciutadella logró anoche sacar adelante los presupuestos para 2016 con el voto en contra de los dos grupos de la oposición que, pese a admitir que las cuentas «siguen la misma senda» de ajuste de los siete últimos años, creen que PSM, PSOE y GxC no han explorado todas las vías que habrían hecho innecesario mantener la subida del 5 por ciento del IBI impuesta por el Gobierno Rajoy.
«Tanto llenarse la boca de participación ciudadana y, a la hora de la verdad, suben el IBI sin encomendarse a nadie. ¿No es éste un tema trascendental que merezca elevar una consulta a la población?», lamentó el portavoz del PP, Juanjo Pons, muy duro con los «incumplimientos» de Gent x Ciutadella, que «deberían hacer dimitir y avergonzar a sus concejales por cómo se han vendido por una silla»; y con el PSOE, del que dijo que «se ha convertido en un partido zombie que siempre va a remolque del PSM».
Pons, quien lamentó que «se haya ninguneado a la oposición y a los ciudadanos», denostó «las formas» del gobierno tripartito, y le acusó de «pasar el rodillo» y «ocultar deliberadamente información». «Lo de la herencia del gobierno Brondo es una comedia», espetó, y denunció que la izquierda «trate de justificar su ineptitud con los errores de los demás». Incluso acusó a la alcaldesa de incumplir el Reglamento Orgánico (ROM) al frecuentar sus intervenciones en contra de lo que prevé la normativa que las regula.
Sus palabras enfurecieron a la primera edil Joana Gomila, quien advirtió con no informar el año que viene a la oposición del proyecto de presupuestos de 2017 «hasta que esté ya cerrado, aunque solo disponga de dos días para revisarlo. Si con mi buena intención de hacerles partícipes les ha parecido que oculto información, ya sé cómo debo actuar el próximo año. Somos el primer ayuntamiento de Menorca que aprueba su presupuesto y ¿aún me hablan de falta de planificación? Parece mentira que, tras incumplir casi sistemáticamente su programa durante los cuatro últimos años, el PP se muestre tan vigilante con el de otros partidos tras solo cuatro meses de gobierno. Es surrealista».
Joan Triay (UPCM) cambió el tradicional sentido del voto de su grupo sobre los presupuestos de estos últimos años y, como el PP, los rechazó «por la subida que supone mantener el 5 por ciento impuesto por Rajoy», tras varios ejercicios de vigencia del Plan de Ajuste, y porque «no se ha hecho todo lo posible por evitarlo. Los presupuestos no son tan diferentes a los precedentes y siguen una línea de continuidad, por lo que no votaríamos en contra sin la subida del IBI».