El gobierno de PSOE y Ara Maó aprobará este viernes previsiblemente en solitario el presupuesto del Ayuntamiento para 2016, ya que el PP condiciona su apoyo a la retirada de la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), una propuesta que la izquierda a priori ya descarta. Además el PP es partidario de concertar un préstamo, ahora que el Consistorio ha recuperado su capacidad de endeudamiento, para afrontar las inversiones que el proyecto presupuestario prevé pagar con recursos propios, y que ascienden a 1.960.282 euros.
De este modo, «y ya que existe un superávit y un remanente, que se acuda a los bancos en lugar de penalizar al ciudadano y que éste tenga que hacer de financiera del Ayuntamiento», señalan los concejales Águeda Reynés y Salvador Botella.
Castigo a rentas bajas
En la cuestión del IBI, la oposición denuncia que el gobierno de Conxa Juanola va a dejar en la práctica sin efecto la retirada del recargo estatal del 4 por ciento para fincas con valor catastral de más de 60.000 euros, cuya vigencia finalizará en 2016. El PP plantea la congelación del tipo del IBI en el 0,55 tal y como lo dejó al salir del gobierno municipal, porque asegura que así, beneficiándose además de la revisión catastral a la baja (del 1 al 0,92) y de la supresión del recargo del 4 por ciento, «los ciudadanos de Maó habrían dejado de pagar más de dos millones de euros» al Consistorio. Por contra, al subirse el tipo al 0,67 para todos los contribuyentes y valores catastrales «en realidad están castigando a todas las rentas, también a las más bajas o a aquellos que tienen fincas pequeñas», señala Reynés.
Los populares también critican que en la distribución del gasto la Promoción Económica se lleve solo un 1,90 por ciento del presupuesto. «Ahora viven de la inercia de los años de gobierno de Águeda Reynés, pero estamos yendo hacia la parálisis que teníamos antes de 2011», afirma Salvador Botella.