«Puede que salgamos de la crisis, que se creen más puestos de trabajo y que se incentive el consumo, pero lo que sabemos seguro es que hay mucha gente que sigue en la cuneta de la recuperación y que cuando no hay tanta repercusión social sobre la crisis, la gente afloja su consciencia y los donativos bajan». Así de claro lo afirma el secretario general de Caritas Diocesana de Menorca, Guillem Ferrer, quien asevera que la solidaridad en forma de donativos que recibe la entidad está descendiendo a medida que mejora la situación económica de los ciudadanos.
En 2013, año de grandes dificultades, Caritas logró recaudar 166.795 euros en donativos (empresas y particulares), es decir, unos 62.000 euros más que en el ejercicio anterior. La cifra choca con la recaudación lograda este 2015 que se sitúa en los 120.000 euros por este concepto. En dos años, han caído un 28 por ciento.
Es, ante esta situación, que Caritas Diocesana de Menorca lanza la campaña «Ahir, avui, demà. Amb tu, som» para la captación de nuevos socios y poder cubrir las necesidades de aquellas personas más desfavorecidas. Ferrer apunta a la fidelización, puesto que «hacerse socio es una garantía de estabilidad para Caritas».
Así como los donativos caen, la cifra de socios registra un leve incremento. Actualmente hay 154 asociados. Desde 2013 cuenta con 20 socios más, no obstante, desde la entidad son conscientes de que con 55 trabajadores y unos 300 voluntarios, además de la repercusión que tiene la entidad en todas las parroquias de la Isla y que es reconocida por su labor social, «debería subir el listón de los 154 socios, a los que cabe agradecer su fidelidad». Ferrer cree que la cifra podría llegar a alcanzar el millar de socios.
Tanto la responsable de administración de la entidad, Maite Trigueros, como el secretario general, Guillem Ferrer, coinciden en apuntar que «debemos reforzar este apartado que quizás ha quedado descuidado». Y apuntan a la preferencia de «pequeñas aportaciones y permanentes en el tiempo», para garantizar esta estabilidad para la entidad.
El secretario general apunta a su vez a la implantación de un nuevo programa de colaboración con aquellos agentes económicos y sociales con filosofías coincidentes. Partiendo del hecho de que «la responsabilidad social corporativa se está extendiendo», Caritas apuesta por la creación de una red solidaria con aquellas empresas que tengan asumida en su comportamiento empresarial la ayuda a la gente y quieran colaborar.