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Primer día para las diputadas

Águeda Reynés y Mae de la Concha debutan en el Congreso entre la expectación y la ilusión de esta nueva etapa política

Águeda Reynés junto a Mateu Isern y José Vicente Marí | A.R.

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Las dos diputadas menorquinas elegidas en las pasadas elecciones tomaron este miércoles posesión de sus actas en la sesión constitutiva del Congreso. Comenzaba así la XI legislatura con una renovación sin precedentes. Águeda Reynés (PP) y Mae de la Concha (Podemos) ocupaban por primera vez un escaño en la Cámara Baja entre la ilusión, la novedad y la expectación.

Era su primer día de 'cole', el suyo y el de muchos diputados más. Tal como aseveraba Reynés, «la mayoría debuta, son numerosas las caras nuevas». Para la popular, «es muy diferente a lo vivido hasta el momento» aunque «muy interesante e ilusionante». Le gustaría que la investidura de Patxi López fuera «augurio de que se ha pactado algo más» de cara a la presidencia del Gobierno, porque el pacto de izquierdas supondría un «galimatías de partidos insostenible» que «evitaría unas elecciones ahora, pero no para dentro de pocos meses». Reynés avanza que hubo miradas de complicidad con el presidente en funciones del Gobierno. «Estás en la misma zona, significa que perteneces al mismo partido, miras y ríes», comenta.

Mae de la Concha indicaba que «siempre había pensado que la Cámara era muy uniforme y ahora lo veo muy variado y más representativo de la gente de la calle, me gusta». Con ello, hablaba de «emoción» al valorar «lo que hemos conseguido en tan solo dos años» de partido. «Cuando ves el número de escaños que tenemos te das cuenta de ello, a veces ni nosotros somos conscientes de lo logrado». También apuntaba a una jornada «muy protocolaria» y «propia del siglo XIX». De la Concha prometió «acatar la Constitución y trabajar por cambiarla». Había previsto añadir «llegar a un acuerdo nuevo en el que hasta los territorios más pequeños y aislados se sientan como iguales», no obstante, la rapidez con la que la popular Alicia Sánchez Camacho leía los nombres junto a «algunos abucheos» no le permitieron acabar su discurso.

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