La reforma de la carretera general, en el tramo entre Maó y Alaior, se ejecutará en dos fases. En primer lugar se acomenterá la construcción de la rotonda a doble nivel de acceso a Alaior, con la intención de tenerla acabada en el verano de 2017, para acometer al otoño siguiente el resto de las obras, donde se hayan los puntos más polémicos.
Se empieza por la entrada a Alaior, argumentó la presidenta Maite Salord, porque «no es un enlace cuestionado». Pese a ello toca primero revisar el proyecto porque, dijo, lo ejecutado sobre el terreno no se corresponde con lo diseñado sobre el papel. Las diferencias, según explican desde el equipo de gobierno, están en las excavaciones y el movimiento de tierras. Ni más ni menos, diferente.
Los trámites, antes de poner en marcha las máquinas, se demorarán medio año o siete meses, más o menos. Mientras avanzan los papeles y trabajan las excavadoras, se avanzará con el diseño y la tramitación de la reforma del resto de la carretera, sobre la que hay que dedicir qué hacer con los enlaces inicialmente previstos a doble nivel de Biniai, Rafal Rubí y La Argentina. Sobre las rotondas más próximas a Maó, a un solo nivel, no hay tampoco discusión ninguna.
Maite Salord comentó que en la revisión de todos y cada uno de estos puntos se atenderán criterios «medioambientales, de seguridad y económicos». La tramitación de la primera fase, la de la rotonda de entrada a Alaior, pisa el acelerador después de que el lunes se aprobara inicialmente el proyecto para la reforma del tramo de la carretera general comprendido entre Ferreries y Ciutadella.