Tanto le da Ricard como Ricardo, «yo sé quien soy, un médico, honrado, que ha dedicado toda su vida a la sanidad pública», en la que ha operado a 12.000 menorquines, «amante de la familia y muy respetuoso con la tradición recibida de los mayores».
¿Cómo y por qué aparece de repente en una candidatura al Congreso de los Diputados?
— He tenido unos convencimientos políticos que me han vinculado siempre al PSOE, nací socialista y barcelonista, ahora tengo 63 años y no pretendo hacer carrera política. Es momento de dejar la retaguardia y echar una mano.
¿A Madrid se va pensando en España o pensando en Menorca?
— Menorca es España y los menorquines somos España, los electores son los que tienen que dirigir mi acción en Madrid, es patriotismo también defender la patria chica de uno. Nací en Barcelona y toda la familia de mi padre es catalana y crecí en Vigo y toda la familia de mi madre es gallega, tengo claro que España es una realidad plurinacional.
¿Qué ofrece el PSOE que no ofrezcan los otros?
— Ofrece centralidad, una España para todos, aquello que sintetiza las aspiraciones de las dos españas tradicionalmente enfrentadas. El PP representada un liberalismo económico y un conservadurismo decimonónico y se ha situado -no tendría por qué- en uno de los extremos. En el otro está Podemos, un radicalismo populista y totalitario. El espacio centrado del PSOE es el único capaz de responder a las aspiraciones de todos.
¿Y cómo un profesional con su trayectoria se presenta ahora con unas encuestas sin bondad para el PSOE, le preocupa?
— Me preocuparía si el PSOE, por las encuestas, renunciara o traicionara los principios que lo han movido desde siempre. El partido tiene 137 años, hemos vivido sondeos muy negativos durante 40 años de dictadura y hemos sobrevivido. Por muy en contra que estén las apuestas cuando uno juega el partido con dedicación y honradez, el triunfo es todavía más satisfactorio.
¿Con qué herencia se queda, con la de Felipe González o con la de Rodríguez Zapatero?
— Estuve en Estados Unidos, a Felipe se le conocerá como el John F. Kennedy de la política española y Zapatero, con toda la mala suerte de que se le cruzó la crisis por en medio, ha sido un hombre honrado y pasará a la historia como el Jimmy Carter español, se le declaró el peor presidente de los Estados Unidos y hoy es la persona a la que recurren los países cuando tienen un conflicto. Me quedo con el legado de los dos.
¿Le asusta más el PP o el anunciado sorpasso de Iglesias?
— No me da miedo ninguno, me duele España. El problema de Podemos no es el sorpasso sino que no sabemos lo que es, puede afectar a las bases mismas de la estructura de nuestra sociedad. Y eso tendrían que aclararlo.
Se plantea una ley en la que se aprueba una consulta de indepedencia de Cataluña, País Vasco o Galicia, ¿qué vota el diputado Terré?
— Yo votaría en contra inicialmente de la celebración, no de la independencia, y más como nos la quieren plantear con mayoría de un voto, sin mayoría cualificada. Por un voto no se puede desmembrar un país. En tiempo de tribulaciones no hay que hacer mudanza, dijo la santa de Ávila.