Después de que la gente del mar rindiera homenaje a su patrona, la Virgen del Carmen, el sábado en Maó y en Fornells, ayer fue el turno de los pescadores en Ciutadella. Tal y como es costumbre, la fiesta arranco en pleno casco antiguo de la ciudad, en la iglesia de Sant Miquel, donde el administrador diocesano en la Isla, Gerard Villalonga, ofició una misa en recuerdo de los pescadores desaparecidos.
Tras la celebración, y ajustándose al minuto según al protocolo previsto, a las 20.15 horas partió de la iglesia la imagen de la virgen para que diera comienzo la tradicional procesión marinera. El desfile se encaminó hacia el puerto, escoltado por la Banda de Música de Ciutadella al son del himno «Hermanos costaleros», bajo la dirección de Joan Mesquida. Cientos de fieles siguieron a la virgen en el primer tramo de la procesión, hasta el muelle comercial.
Tras descender por la Costa de Capllonch, y ante la mirada de muchos turistas y comensales en los restaurantes de baixamar, ya esperaban decenas de embarcaciones engalanadas para sumarse a la segunda etapa de la procesión, que comenzó una vez que la Virgen del Carmen fuera embarcada en la «Valldemosa I» para dirigirse hacia la bocana del puerto y cumplir con la tradición de la ofrenda floral.
Fueron testigos del desfile marítimo cientos de personas apostadas en el Paseo Marítimo, que disfrutaron del espectáculo que supone contemplar la tradición de la fiesta marinera.
Una vez de regreso en tierra firme, cuando estaba a punto de caer la noche, la Cofradía de Pescadores de Ciutadella continuó con el último acto protocolario programado, el aperitivo que se sirvió a las autoridades y políticos invitados a la fiesta en el Bastió del Governador del Ayuntamiento de Ciutadella.