La reunión extraordinaria mantenida este jueves por el Consorci de Residuos sirvió para acordar la necesidad de implantar una visión y gestión insular de los residuos. Con el plan insular caducado desde 2012 y en pleno proceso de revisión, el incremento del precio de incineración en Milà de los subproductos animales no destinados a consumo humano, los sandachs, causa un enorme impacto en las arcas municipales, sobre todo la del Ayuntamiento de Ciutadella, puesto que su matadero genera grandes cantidades de residuos y las tarifas de sacrificio son más bajas que en el de Maó.
Ayer se abordó la situación y se acordó que los costes se gestionen de manera insular y, por tanto que se repercutan en todos los ayuntamientos.
A medio plazo, la intención es reducir por todos los medios la cantidad de sandachs que se generan, básicamente en Ciutadella. Una de las propuestas pasaría por adquirir una trituradora, que permitiría una reducción de entre el 50 y el 60 por ciento, comenta el conseller Javier Ares. Debería instalarse en el matadero de Maó, puesto que es el único que dispone de depuradora. La máquina se podría reutilizar en un futuro, en caso de instalar un biodigestor que transformara los residuos en gas. Sería la manera de «cerrar el círculo, es decir, no dejar residuos», declara la alcaldesa de Maó, Conxa Juanola. De forma paralela, Ciutadella está elaborando los nuevos pliegos de condiciones de la gestión del matadero con la intención de incrementar los precios y equipararlos a los de Maó.
Actualmente se produce la paradoja que al tener tarifas más baratas sacrifica más animales, pero al no tener instalaciones adecuadas genera muchos residuos que producen grandes pérdidas.