Más de 40 años después del fin de la Dictadura y casi diez tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica la huella del franquismo sigue viva en la vía pública de Maó, en una de las plazas más emblemáticas del municipio, la plaza Conquesta. Aunque la estatua del Rey Alfonso XIII fue desplazada del centro de la plaza a la parte posterior de la iglesia de Santa Maria con la remodelación de que fue objeto en 2002, el relieve con la inscripción «Erigido siendo jefe del estado el Excmo. (abreviatura de excelentísimo) sr. D. Francisco Franco Bahamonde» sigue leyéndose en la parte posterior de la peana de la escultura.
Ni los gobiernos municipales de izquierdas encabezados por el PSOE, ni el del PP, ni el que forman en estos momentos la agrupación de electores Ara Maó y los socialistas, con Conxa Juanola como alcaldesa, han ocultado el relieve de una estatua que forma parte del patrimonio municipal mahonés. Según explicó ayer Juanola, consciente «hace poco tiempo» de la presencia del relieve franquista en la céntrica plaza, «no nos hemos planteado este tema: tenemos otros muchísimo más urgentes encima de la mesa», afirmó.
En el año 2010 el Ayuntamiento, entonces con Vicenç Tur en la alcaldía, encargó un informe para saber si, siendo la estatua parte del patrimonio municipal, se podía tapar el relieve sin necesidad de esperar a que el Gobierno tome la decisión. Juanola aseguró ayer desconocer ese encargo y avanzó que estudiará si existe tal informe y a qué conclusiones llega.
La Ley de Memoria Histórica estipula en su artículo 15 que las administraciones «tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura». No obstante, los exime del cumplimiento de la ley «cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley».
LOS ÚLTIMOS VESTIGIOS
El de la peana de la estatua de Alfonso III es uno de los pocos vestigios públicos de la dictadura que quedan en el municipio, después de que a finales de 2008 fuera retirada el águila de San Juan del escudo del monolito de la plaza Explanada y de que en 2009 se sustituyese el escudo con el águila de la fachada del Palacio de Isabel II.
Siguen quedando algunos elementos en el recinto de La Mola, en las antiguas casas militares de la calle Josep Maria Quadrado, así como algunas placas del Ministerio de la Vivienda franquista. Desde el inicio de la Transición ya se había empezado un trabajo de eliminación de símbolos que pudieran herir sensibilidades.