En el Consell son conscientes de que, en los meses de verano, la afluencia a las playas vírgenes de Ciutadella de una cantidad de turistas muy superior a la capacidad de los aparcamientos existentes es un hecho inevitable. Tener que impedir el paso a diario a numerosas personas está asegurado, por ello el departamento de Movilidad intenta, de cara a la temporada que se avecina, que esta ingrata labor se realice de la forma más segura y efectiva posible.
El conseller Miquel Preto, quien ayer trató esta situación con las administraciones y los cuerpos de seguridad implicados en una reunión celebrada en el Ayuntamiento de Ciutadella, asegura que uno de los principales objetivos que se persigue es que, una vez llenos los aparcamientos, los coches no estacionen en los márgenes de los caminos, lo que genera una sensación de caos y un riesgo al impedir el paso, si se tuviera que dar, de los servicios de emergencias.
Se adoptarán, comenta, medidas para evitarlo. Además de la señalítica, Preto informa que se adelantará al máximo el filtro de informadores de las playas de Son Saura, Macarella y Cala en Turqueta. En este punto, donde por primera vez operará un guardia de seguridad, se invitará a los bañistas sin plaza libre a que den la vuelta en las rotondas que se instalarán y vuelvan a Ciutadella. Al estar este verano este control más lejos de las playas, entre dos y tres kilómetros, es improbable que opten los conductores por aparcar en los márgenes . «Antes incluso la gente pasaba igual, con el parking cerrado, ahora será más consistente», comenta el conseller.