Se agrava el éxodo de menorquines por el mundo. El número de personas que decide abandonar la Isla para instalarse en el extranjero no deja de crecer. Y a pesar de que todos los indicativos apuntan a una lenta pero constante recuperación económica, no ha logrado frenar la huida de isleños. Así lo desvelan los últimos datos publicados por el Institut Balear d'Estadística (Ibestat) sobre el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) relativos a enero de 2017.
Y es que la Isla ha marcado otro récord histórico. Residen actualmente en otro país cerca de 3.000 personas. En el último año han sido 198 los isleños que han decidido coger sus bártulos e irse. Si retrocedemos hasta 2009, el éxodo ha sido masivo. Entonces había 1.168 personas empadronadas que estaban residiendo fuera. Esto quiere decir que ahora hay 1.757 menorquines más esparcidos por el mundo que cuando comenzó la crisis.
Las cifras del PERE abarcan no solo a los menorquines nacidos en la Isla que se han ido a otro país, sino también a los inmigrantes que, con nacionalidad española, han regresado a su ciudad de origen o han establecido su residencia en un tercer país en busca de mejores oportunidades. Si se escudriñan los datos que acaba de actualizar el Ibestat, se puede afirmar que el movimiento migratorio que está viviendo el territorio obedece a un claro retorno de ciudadanos prestados, es decir, de inmigrantes que aprovecharon la época de vacas gordas para mejorar sus condiciones laborales y de vida, pero que ahora, se han visto truncadas por la crisis económica. En algunos casos sus países de origen han ido mejorando las condiciones y, por tanto, es posible regresar sin grandes sacrificios. Seis de cada diez personas que residen fuera habían nacido en el país donde han establecido su residencia. Y América del Sur concentra la mayor parte. Hay casi un millar en Argentina y cerca de 250 en Ecuador, dos colectivos que han tenido un peso relevante en la Isla. «Las condiciones de vida que se daban en 2005 y hasta la crisis no se dan, el trabajo está peor pagado mientras que los precios aumentan», asegura la doctora en Geografía y miembro del Institut Menorquí d'Estudis, Maria Lluïsa Dubon. No es necesario hacer el sacrificio de vivir fuera de casa. Además, apunta Dubon que en líneas generales, los suramericanos venían por cuestiones educativas. Ahora, cuando los hijos ya son mayores y han superado la etapa escolar, pueden regresar a sus raíces.
En cambio, al otro lado de la balanza está el colectivo africano que, según detallan los datos, no han regresado a su lugar de origen. Tan solo hay 32 personas que se hayan establecido al continente africano. La cifra es baja, posiblemente, motivada por las condiciones económicas y laborales de los países de la zona, que no animan al retorno.
En lo que respecta a Europa, Francia es el país más elegido para establecer residencia. Hay actualmente 330 menorquines. Otros 206 se encuentran en Reino Unido.