La huella humana es cada vez más perjudicial para el planeta. El calor, el intenso tráfico rodado, marítimo y aéreo, y el incremento del consumo de la electricidad, producida en su gran mayoría en centrales térmicas por el arranque de la temporada disparan los valores de la contaminación en el aire. Ya lo advertía hace unos días la plataforma Ecologistas en Acción al indicar que mayo rubricaba una situación anómala con valores por encima del objetivo establecido por la legislación en lo que se refiere al incremento del ozono, el contaminante que presenta en Balears una mayor afección a la población y a la vegetación. Critica la pasividad de las autoridades de Balears y exige planes para reducir el tráfico y la quema de combustibles fósiles en centrales térmicas.
Esta advertencia ya se apreció el año pasado cuando los niveles de los distintos tipos de contaminantes se vieron incrementados. La mejora de la situación económica y, por tanto, el aumento de la actividad, ya sea industrial, turística o del tráfico, pueden haber influido en este repunte de los valores que habían ido disminuyendo durante los años de la crisis.
El nivel medio anual de dióxido de azufre, un gas incoloro procedente del transporte (principalmente vehículos de gasoil), la central térmica y la combustión de carburantes, alcanzó el año pasado -según la estación que mide la calidad del aire de Maó- su máximo histórico desde que se tienen datos. Los 13 microgramos por metro cúbico chocan con los diez del ejercicio anterior o los cinco de 2012. A pesar de este retroceso, en ningún momento se han superado los límites establecidos para la protección de la salud humana que marca la ley.
En lo que respecta al ozono, sobre el que Ecologistas en Acción ha puesto su alerta este año, en 2016 también se produjo un aumento según los datos de la estación de Maó. A partir de 2012 comenzó un descenso paulatino de estos contaminantes. Pero el año pasado cambió la tendencia y volvieron a aumentar. Pasaron de los 61 microgramos por metro cúbico de 2015 a los 66 del año pasado. La estación de Ciutadella registró, en cambio, un leve descenso de estos contaminantes en lo que respecta a la media anual. No obstante, en seis ocasiones del año se superaron los valores permitidos. La ley marca que no se pueden sobrepasar en más de 25 ocasiones por año. En 2013 saltó la alarma al sobrepasarse en 28 ocasiones. No se ha vuelto a repetir.
El dióxido de nitrógeno, otro contaminante a tener en cuenta al estar relacionado con los síntomas de bronquitis en niños asmáticos, tampoco mejora. En la estación de Maó se mantuvo sin cambios en 12 microgramos por metro cúbico, lejos aún de los siete del año 2012. Y Ciutadella creció ligeramente superando los cinco microgramos por metro cúbico.
En lo que se refiere a las partículas contaminantes en suspensión, procedentes de la combustión de materias fósiles, transporte y actividades como la siderurgia o la incineración y extracción de áridos, han repuntado notablemente en Ciutadella al pasar de los 17 microgramos por metro cúbico de 2015 a los 22 del año pasado. En 2012 también inició un importante descenso que en 2016 cambió de tendencia volviendo a los registros anteriores a la crisis. En Maó el comportamiento ha sido diferente al reducirse de los 17 a los 14 microgramos por metro cúbico.
Cuatro puntos 'calientes' en la Isla que contaminan
A pesar de estos valores que, o se mantienen estables o van en aumento, la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern califica la calidad del aire en Menorca entre buena y excelente según el contaminante analizado. Los principales focos emisores de contaminación analizados están situados, en base a la última actualización del Govern, en la central térmica de Maó, los puertos Maó y Ciutadella y el Aeropuerto. En el ranking de los 15 puntos más contaminantes -liderado por la central térmica de Alcúdia-, la del Cós Nou ocupa la tercera posición, el puerto la novena y la decimotercera en el caso de la rada de Ciutadella. El Aeropuerto ocupa la plaza catorce, solo por delante del aeródromo de Eivissa.