«Sobran leyes y faltan empresas». Tajante, el economista José María Gay de Liébana criticaba ayer en el IX Foro Menorca Illa del Rei la cortedad de miras de la clase política española que asegura, «es un auténtico obstáculo para el desarrollo económico» porque «no se actúa ni se gobierna con visión a largo plazo, perjudicando la inversión privada con cambios normativos, interpretaciones y reinterpretaciones». Existe demasiada inseguridad jurídica, aseguró, y demasiadas «nimiedades» que llegan a debatirse en el Congreso mientras los problemas de la ciudadanía «son de calado».
Por eso, a la hora de discernir si las administraciones son eficaces para dinamizar la economía o si, por el contrario, la ralentizan, Gay de Liébana señaló que «Menorca no puede confiar en que sean los políticos quienes impulsen económicamente la Isla». El economista asegura que la excesiva burocracia, el papeleo multiplicado por «tanta abundancia de aministración. Estatal, autonómica, provincial, isleña, local...» es un auténtico «freno a la iniciativa empresarial».
Sobre la Menorca del futuro, Gay de Liébana apuesta por mirar a Estados Unidos y hacer un mix entre las dos costas, Florida y California, para aunar en la Isla el retiro dorado de jubilados con recursos, aumentar el número de residentes europeos y españoles, y al mismo tiempo, recuperar la juventud que se va. Ahí entra el modelo californiano: sede de industria tecnológica, con capacidad de crear empleo cualificado y de alta retribución. Pero para esto último, es imprescindible -advirtió el ponente-, exigir e impulsar la modernidad tecnológica, lo cual exige cobertura telefónica e internet y redes «funcionando a velocidad brutal». Algo que ahora no sucede. Gay de Liébana apuesta asimismo por atraer al turismo de perfil alto, «el de barcos, yates, jets», y a la vez, cuidar el de las segundas residencias, «el arraigo de familias y sus generaciones, los menorquines de adopción».