La población de peces en la Reserva Marina del Nord de la Isla se ha reducido un 16 por ciento en la zona de protección integral y un 23 por ciento en la de protección parcial desde la última campaña de seguimiento, en 2011. Así lo revela un informe realizado por el Govern este verano, en el que se indica que los valores de biomasa de la zona donde la pesca está totalmente vetada son los más bajos de entre todas las reservas de Baleares, aunque presenta unos niveles de vida marina 3,5 veces superiores a los observados el año 2000.
El jefe de servicios de la dirección general de Recursos Marinos del Govern, Antoni Grau, no ve estas bajadas necesariamente negativas. Considera que el escenario «no es tan desastroso», como lo pintaban ecologistas y el sector pesquero a inicios de año, cuando se quejaban de que no se respetaban las normas de la reserva, que faltaba vigilancia en la zona y que los pescadores furtivos campaban a sus anchas.
El coordinador de Política Territorial del GOB, Miquel Camps, insiste en que la bajada de peces se debe a los pescadores furtivos, ya que «al lanzarse al mar para la pesca ilegal, van ahí donde encontrarán más pescado» y que por ello han disminuido exageradamente las poblaciones en la reserva integral.