La capacidad de Menorca de albergar gente sigue sin tocar techo. La sensación de creciente masificación turística queda confirmada con los datos del Índice de Presión Humana hechos públicos ayer por el Ibestat. La Isla volvió a batir el año pasado su récord histórico de presencia de personas. Fue el día 8 de agosto, cuando coincidieron en el territorio 223.932 almas, 1.748 más que el día de mayor presión de 2016. El aumento de la presencia humana se hace aún más evidente al observar cómo el año pasado se superó el récord registrado en 2016 durante nueve días.
El balance diario de entradas y salidas de los puertos y el aeropuerto de Menorca arroja datos que permiten observar cómo la Isla vivió el pasado verano un importante incremento de presión humana. Durante 37 días, entre el 22 de julio y el 27 de agosto, se superaron las 200.000 personas. El dato es llamativo teniendo en cuenta que hace siete años tan solo se superó ese límite psicológico durante doce días.
Otros datos que muestran el aumento de la presión: el límite de 220.000 personas, que en la historia de Menorca solo se ha llegado a superar en 2016 –durante cinco días–, el año pasado se sobrepasó durante doce días, siempre en el mes de agosto, el mes estrella tanto para el turista de hotel, como para el de segunda residencia y el de alquiler, un fenómeno que está detrás del importante incremento de presión vivido en las cuatro últimas temporadas turísticas. Una visión más amplia, tomando el conjunto del año, muestra cambios en todos los meses y no solo en temporada alta. De hecho, el incremento de presencia de personas en temporada baja (mayo, junio, septiembre y octubre) es superior tanto en términos relativos, como en absolutos al registrado en los meses de julio y agosto.
Temporada baja
En esos dos meses punta la media de personas ha pasado de 201.330 a 204.125, 2.796 personas más de media cada día (un aumento del 1,3 por ciento), mientras tanto, en el resto de meses de la temporada oficial se ha pasado de una media de 141.217 personas a 144.621, 3.404 personas más (un aumento del 2,4 por ciento), lo que también confirma los pasos ciertos hacia una menor estacionalidad, aunque sin lograr frenar la presión en la punta del verano.
En el otro lado de la moneda, el día del año con una menor presión humana sobre la Isla se registró el 22 de diciembre, con 91.612 personas. El punto más bajo del año anterior fue ese mismo día, aunque con 689 personas menos que en 2017. Con todo, a pesar del aumento de personas en el momento en que la Isla está más vacía, sigue sin alcanzar al número de residentes, que se sitúa en 94.190 personas.