Corría el año 1978 cuando cinco payeses de la Isla se reunían en el Monte Toro para plasmar su firma en el documento fundacional de Unió de Pagesos, el sindicato agrario que ayer celebró 40 años de historia ya sobradamente reconocido como uno de los actores más importantes del sector primario insular y aprovechó para homenajear a esos padres (y madres) fundadores que se mostraban ayer sorprendidos de haber podido ver cómo esa pequeña asociación se convertía en lo que es hoy, una entidad con un centenar de socios. El padre Francesc Triay, que asesoró esa fundación, tuvo palabras de recuerdo.
El restaurante del lloc de Binissuès, en Ferreries, fue el lugar escogido para una comida de celebración que también sirvió para la presentación en sociedad de la nueva secretaria general de la entidad, Margarida Llambias, aunque no era muy necesaria porque Llambias, la madona de la finca de Algendar d'en Gomila, es miembro de la asociación desde hace más de 25 años y ha formado parte de la junta directiva.
El momento más emotivo del encuentro fue sin duda la entrega de placa conmemorativas a los fundadores, Llorenç Orfila, Josep Coll y Maria Martí, Tòful Bosch, Nito Ametller y Esperança Salord, Pere Bosch y Maria Moll. Al acto acudieron el director general de Agricultura y Ganadería del Govern, Manel Ginard; el presidente de Fogaiba, Guillem Rosselló; la presidenta del Consell, Susana Mora, y el conseller de Medio Ambiente, Javier Ares, entre otros.
La comida sirvió también para repasar la historia de Unió de Pagesos y del campo menorquín en un momento de transformación en que desde la entidad se alerta sobre el riesgo de que la actividad agraria se pierda por el 'boom' turístico en suelo rústico.