Después de cuatro años de recuperación económica, la fotografía de la realidad social es todavía pesimista. Caritas atendió el año pasado 1.715 personas frente a las 1.621 de siete años antes, en plena crisis económica, según se desprende de la memoria presentada este jueves por la mañana por el obispo Francesc Conesa y los responsables de la entidad diocesana. El 57 por ciento de esa población es de nacionalidad española y el 25 por ciento son ersonas procedentes de Latinoamérica; el 60mpor ciento son mujeres y el 40 por ciento, hombres.
"Los que han entrado en el círculo de pobreza hallan muchos obstáculos para salir", ha explicado Guillem Ferrer, gerente de Caritas, que cuenta con 300 voluntarios para llevar a cabo su labor.
De esta tarea, uno de los datos más optimistas corresponde al programa de inserción laboral que desarrolla a través de distintos talleres, 226 personas han encontrado trabajo, si bien el 86 por ciento ha sido a través de contratos temporales.