Son Bou, Sant Tomàs, Sant Adeodat o Son Xoriguer son algunas de las playas del sur de Menorca donde la arena ha menguado considerablemente. Se trata de una situación que se produce cada año sin que nadie pueda evitarlo, pero que este verano en particular se ha visto agravada en algunos casos. Son Xoriguer, también conocida como Es Platjals, al sur de Ciutadella, es el ejemplo más claro. A día de hoy y desde antes de que empezara la temporada ha habido una notable reducción de la arena y si algo abunda en ella son las rocas. Por ello, ha sido uno de los puntos donde se ha debatido con más fuerza sobre como actuar al respecto, si es que se debe actuar.
Controversia
Ante esta tesitura, la opinión pública está dividida. Por una parte, se encuentran aquellos que consideran que se deberían hacer intervenciones, como por ejemplo, quitar algunas rocas o trasladar de alguna forma más arena a la playa.
Es el caso de algunos restaurantes situados en Son Xoriguer, quienes han percibido un descenso de usuarios en la playa, como consecuencia de la falta de arena, respecto a años anteriores. «Llevo 21 años trabajando aquí y este año es el que peor está la situación», comentaba Ignasi Márquez del Restaurant Dulcinea. A su parecer, seria conveniente, antes de empezar la temporada, poner remedio al asunto y como mínimo vaciar la playa de piedras, aunque luego se vuelvan a colocar donde estaban situadas. De lo contrario, explica, los usuarios ya no volverán ni a los restaurantes ni a los hoteles de los alrededores. Según Márquez se trata de una medida que se debería aplicar «al menos en las playas más urbanas donde se encuentran más negocios y servicios».
La misma opinión la comparte Ángel Domínguez del Restaurant Neptuno, quien asegura que «este año va a costar salvarse» y que a diferencia de otros veranos, encuentra el parking vacío a diario cuando antes siempre estaba lleno. Por su parte, estaría dispuesto a colaborar para encontrar una solución.
Asimismo, algunos bañistas también se muestran incómodos y molestos con la falta de arena frente a la abundancia de rocas y aseguran que no saben donde poner los pies. Además, añaden que en el caso de personas mayores, se encuentran con que la entrada al agua es imposible.
Por otra parte, la otra mitad está totalmente en contra de que se realice ningún tipo de actuación ya que supondría ir en contra de la naturaleza. Además, destacan de Son Xoriguer que, a pesar de las rocas, su agua se encuentra más limpia que nunca.
«De cualquier forma, es necesario entender que el litoral es un espacio dinámico». Es la idea principal que destaca el geólogo Xisco Xavier Roig. Por ello, un día en la misma playa se tendrá pie a diez metros de la orilla y otro se dejará de tenerlo a los dos metros, debido a las barras sumergidas «que se van adosando a la playa». De igual modo, «este año hay poca arena y otros habrá mucha, ya que se trata de un sistema totalmente cíclico», explica.
En el caso concreto de Es Platjals apunta que ha sido una playa fuertemente intervenida y que ya fue regenerada en su momento, lo que hace dudar de que se trate de una cala cuyo estado natural sea de abundante arena. Además, en comparación a Son Bou o Sant Tomàs se trata de un arenal más pequeño, y aunque la reducción es similar, en su caso es más visible.