Comprar un coche supone para muchas personas una buena inversión a medio plazo. Esto se debe a que tener un vehículo puede facilitarnos enormemente nuestros desplazamientos y sernos de gran utilidad en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, cuando adquirimos un coche hay una serie de trámites indispensables que tenemos que gestionar, para tenerlo todo en regla, pero también por nuestra propia seguridad. Entre ellos se encuentra contratar un seguro para él. En el mercado encontramos una enorme variedad de tipos de seguros, como por ejemplo el famoso seguro todo riesgo. Sus condiciones y cobertura pueden variar de unos casos a otros.
A priori, este tipo de seguro puede parecernos el ideal, ya que, si tenemos la mala suerte de tener un accidente o provocar algún tipo de daño, un seguro a todo riesgo incluye en su cobertura los daños propios. Sin embargo, si estamos pensado en contratarlo es importante que lo analicemos en detalle. Según el perfil y la situación de cada conductor, podremos saber si realmente se adapta a nuestras necesidades y particularidades. Para ello, podemos expondremos los pros y los contras.
Las ventajas de un seguro a todo riesgo
Además de la ventaja ya citada, este tipo de seguros presentan varias modalidades. Una de las más conocidas se basa en la posibilidad de que sea con o sin franquicia. Esto nos permitirá priorizar o bien la amplitud de la cobertura, o bien ajustar la cantidad que queramos destinar al seguro. Por otra parte, este tipo de seguros cubre un amplio abanico de daños provocados por causa de un siniestro, entre otros:
- Vuelcos, choques o caídas
- El impacto que recibe el coche asegurado por parte de otro vehículo
- El impacto de cualquier objeto contra el coche asegurado
- Hundimientos del terreno
- Ciertos actos vandálicos
- Daños provocados por incendios o explosiones
En el caso de algunas compañías, si nuestro vehículo es declarado siniestro total tras un accidente, tendremos la posibilidad de adquirir un coche nuevo. También pueden incluir coberturas adicionales como, por ejemplo: la asistencia a las personas que se encuentren en su interior, los gastos de asistencia sanitaria y farmacéutica si fuesen necesarios, servicios de asesoramiento (legal, psicológico, informativo…), etc.
Los inconvenientes de un seguro a todo riesgo
En algunos casos, la prima que debe pagar por un seguro a todo riesgo el conductor es tan elevada que puede no compensarle contratarla. Como ocurre en todo tipo de seguros, factores como la edad o los antecedentes al volante, pueden hacer variar el precio del seguro contratado. Por otra parte, un seguro a todo riesgo no suele cubrir los desperfectos provocados por siniestros si el coche en cuestión no tiene las revisiones de la ITV al día, o si el conductor conducía bajo los efectos del alcohol o de las drogas. En algunos casos, puede compensar más contratar otro tipo de seguros, como por ejemplo un seguro a terceros ampliado, ya que tienen una buena cobertura también. A veces, puede parecer que el seguro a todo riesgo ofrece coberturas más completas, pero no tiene que ver tanto con el tipo de seguro sino con factores como la prima o el perfil de conductor.