Apareció el término ‘hitleriana', sonaron las alarmas y se insinuó una denuncia contra la consellera Aurora Herráiz. Al final todo quedó en un agrio y probablemente prescindible debate que reprodujo en el Consell el enfrentamiento político nacional a causa de la cuestión catalana.
El origen está en la propuesta de acuerdo presentada por la consellera popular sobre «la salvaguarda de nuestro ordenamiento jurídico y constitucional» en la que, en sus dos últimos puntos, expresa apoyo explícito al juez Llarena «por llevar a cabo la labor y el cometido que tiene encomendado como juez». Ese apoyo del Consell no le llegará, sin embargo, porque la propuesta fue rechazada por la mayoría de izquierdas.
Antes de proclamar el valor y la obligación de defender la Constitución, que permite, entre otras cosas, «que hoy estemos aquí debatiendo libremente», achacó a los grupos del gobierno insular, en particular a Més per Menorca, «que pretendan sustituir la supuesta sumisión española por la catalana y todo amparándose en razones justificativas que llegan a alterar y reinterpretar la Historia».
Company (PSOE) la acusó de sectaria y partidista. Maria la reconvino sobre la inoportunidad de plantear una cuestión que ni es menorquina ni el Consell tiene competencia, aspecto que el PP ha criticado de propuestas de esa naturaleza de Més o Podemos.
El portavoz nacionalista le dijo que era incongruente, «un documento de alto voltaje ultranacionalista para defender la violencia del Estado» y en la última intervención añadió que «no había oído nunca tantos disparates».
En la misma línea estuvo Cristina Gómez (Podemos) al concluir que todo lo que está ocurriendo «es un fracaso de su partido (PP), además es «un descrédito de nuestro sistema judicial en Europa» y «nuestra visión de España es diferente: plural y diversa».
Herráiz, que había dicho que «esto no es una guerra entre catalanes y españoles sino un conflicto creado por los independentistas para enfrentar a los catalanes», aludió a la contradicción de sus oponentes, «que apoyan a personas que han manifestado públicamente su racismo llamando a los que se sienten y valoran España ‘carroñeros, víboras y hienas». Apuntó que son líderes independentistas «capaces de llamar a la gente que no piensan como ellos ‘bestias que se reproducen' y que a la vez acogen y ensalzan etarras como Otegui. ¡Ustedes admiran y apoyan a esos políticos! Es una situación realmente hitleriana».
La expresión encendió los ánimos del resto de grupos y hasta Company retiró una enmienda con la que quería corregir y apoyar la propuesta.