«Durante muchos años me sentí muy sola ante la sociedad, era una situación incómoda, no se podía hablar abiertamente, había gente que no sabía cómo reaccionar delante de mi; cuando te preguntan por la familia y dices que has perdido un hijo hay una cierta empatía, pero cuando hablas de suicidio las cosas cambian, hay una tendencia en la sociedad a juzgarnos y a mirarnos de otra manera». Tania Sales ofreció este lunes este testimonio de su vivencia como madre de un hijo que se suicidó, durante la presentación de la Associació de Familiars i Amics Supervivents per suïcidi de les Illes Balears (Afasib) que tuvo lugar en el salón de actos del Hospital Mateu Orfila. Junto con la fundadora de la entidad, la psicóloga Maria Francisca Morell, que perdió un hermano en las mismas circunstancias, su presencia en Maó se debe a la puesta en marcha de un grupo de ayuda mutua en Menorca.
La asociación, que nació en Mallorca, se extiende ahora a las otras islas y promueve actividades para hacer visible el problema del suicidio y cómo afecta a los supervivientes, los familiares y allegados del fallecido. La asociación procura ayuda a los supervivientes de un suicidio, una red de apoyo social disponible para charlar, tomar un café, sentirse escuchado y arropado.