Los proyectos para que Sa Marjal Nova y Binipati Nou se conviertan en hoteles rurales ya cuentan con el visto bueno de la Comisión de Medio Ambiente, que entiende que no hay ningún escollo a nivel ambiental que impida el cambio de uso de estas fincas. Sin embargo, todavía deben recibir el «ok» del departamento de Territorio del Consell que será quien conceda, finalmente, el interés general y, en definitiva, la licencia turística.
Para pasar este filtro, es necesario que los expedientes se adapten a la normativa vigente y, en este sentido, el GOB presentó en su momento una serie de alegaciones que, precisamente, la Comisión de Medio Ambiente recoge ahora para que el Consell, el órgano competente a nivel urbanísitico, las tenga en cuenta.
Según concreta el coordinador de política territorial del GOB, Miquel Camps, sus argumentos hacen referencia, entre otros aspectos, a las ampliaciones previstas en las edificaciones de ambas fincas. Según explica, el proyecto relativo a Sa Marjal Nova plantea una ampliación del 50 por ciento de la superficie construida de la casa principal y también de los dos boers existentes. «Para empezar la ampliación, en estos casos, tan solo está permitida en la casa principal y, en ningún caso en los boers.
Pero, por otra parte, la ampliación de la casa principal también debe adaptarse a unos límites», justifica y explica que en caso de aplicarse la ampliación prevista (50 por ciento) se superaría el volumen máximo de 1.500 metros cúbicos permitidos por la ley de suelo rústico.
Asimismo, también está prevista la construcción de un edificio técnico, es decir, de nueva planta. «Esto tampoco está amparado por ninguna normativa», comenta Miquel Camps.
En cuanto a las alegaciones de Binipati Nou, vuelven a aparecer estos mismos argumentos y, además, el GOB añade que según la ley de turismo, el cambio de uso a hotel rural está permitido a edificios anteriores al año 1940. «En el caso de Binipati Nou, son posteriores», indica Camps. «Si se proyectara un agroturismo, la situación sería distinta», recuerda.
Al respecto, desde el Consell remarcan que los técnicos revisarán los dos proyectos para evaluar si se adaptan o no a los parámetros de la normativa insular, el PTI.