El conseller autonómico Marc Pons aseguró ayer que «no se puede medir la repercusión directa» del incremento de los fletes en el transporte de mercancías por mar, previsto para el 1 de enero a raíz de la obligación que tienen las navieras de emplear combustibles más sostenibles. Pero para contrarrestarla, el Govern anunció ayer en la Mesa del Transporte Marítimo de Balears la adopción de medidas como impulsar las bonificaciones en las tasas portuarias para los buques más eficientes energéticamente (en Ciutadella afirma que lo hará puesto que es de su competencia, para Maó lo tendrá que solicitar a Autoridad Portuaria) y pedir medidas compensatorias a la Unión Europea dirigidas a las navieras. El encarecimiento se estima inicialmente entre un 10 y un 18 por ciento.
Distintas fuentes consultadas explican que el impacto en el precio final, tanto si se exporta como si se importa, de una subida de los portes depende del producto, del tipo de transporte y de la empresa de qué se trate. El flete es solo una de las tres grandes partes del coste del movimiento de las mercancías. En sus facturas las empresas de transporte repercuten además gastos como el combustible de sus camiones o el personal, que también cuentan con una importante variabilidad.