La nueva sala de juego y apuestas en el barrio de Avenida Menorca de Maó está perseguida por la polémica sin haber abierto las puertas del negocio todavía. A las quejas del vecindario y las pintadas que aparecieron contra el local, ahora se suma la apertura de una franquicia de servicios financieros e inmobiliarios justo al lado. Coincidencia o no, el hecho de que junto a una sala de apuestas se facilite el acceso al crédito personal, a microcréditos rápidos en 10 minutos (no importa si el cliente tiene nómina o si está incluido en ficheros de morosos), a la venta de todo tipo de propiedades incluido el empeño, y a la compra-venta de propiedades entre particulares es cuando menos llamativo.
La presencia de esta oficina, de la red de franquicias CrediFinan, no ha pasado desapercibida para los residentes en esta zona de clase media y trabajadora de Maó. El Ayuntamiento, según la concejala de Urbanismo y Obra Pública, Dolores Antonio, no entra a valorar el tipo de negocio ni tiene mucho margen de maniobra. «Los proyectos se analizan estrictamente desde un punto de vista técnico, y si tienen la autorización de juego del Govern, se concede la licencia como a cualquier otro bar». La presencia de la franquicia financiera al lado la califica de «puramente casual».