El obispo de Menorca, Francesc Conesa, ha firmado un decreto con el que revoca la dispensa -dictada el 14 de marzo, por las restricciones de la covid- de participar en la misa semanal.
Finalizado el estado de alarma manifiesta el prelado que «la celebración de la Eucaristía dominical tiene un papel central en la vida del cristiano y de la Iglesia» y recuerda que «todos los fieles cristianos tienen la obligación de participar en la misa de los domingos y fiestas de precepto, excepto que tengan una razón grave que lo justifique».
En la revocación del decreto, recuerda el pastor de la diócesis de Menorca lo que marca al Catecismo de la Iglesia: «La participación en la celebración común de la Eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y de fidelidad a Cristo y su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión en la fe y en la caridad. Son testimonio, al mismo tiempo, de la santidad de Dios y su esperanza de salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo».
También expone Conesa Ferrer que las iglesias de Menorca cuentan con suficiente espacio para cumplir «las normas sanitarias correspondientes al tiempo de la nueva normalidad decretadas por el Govern balear».
Actividad pastoral
El obispo Conesa también ha dictado un conjunto de disposiciones sobre la actividad pastoral en Menorca tras la declaración del final del estado de alarma por la pandemia. Como criterio general establece que debe utilizarse la mascarilla cuando no sea posible mantener la distancia física de seguridad (metro y medio), excepto entre las personas que convivan en el mismo domicilio.
La asistencia a los lugares de culto no podrá superar el 75 por ciento de su aforo. Es preciso utilizar la mascarilla en la entrada y salida del recinto y en los desplazamientos en el interior entre espacios comunes, por ejemplo, al ir a comulgar.
Se deben organizar las entradas y salidas para evitar aglomeraciones en los accesos y alrededores de los espacios de culto. También se ponen a disposición de los asistentes dispensadores de gel hidroalcohólico en lugares accesibles y visibles. Las pilas de agua bendita seguirán vacías.
Celebración de la Eucaristía
El saludo de la paz se continuará haciendo con una inclinación de cabeza. El sacerdote celebrante y los demás ministros se desinfectarán las manos antes y después de distribuir la comunión. También usarán mascarilla en los desplazamientos (procesión de entrada y de salida) y cuando tenga que distribuir la comunión.
Se recomienda recibir la comunión en la mano.
En las colectas y limosnas se evitará el contacto físico entre los fieles y se adoptarán las medidas higiénicas para prevenir cualquier contagio.
Los coros deben contar con un máximo de quince integrantes, incluido el director, que deberán estar identificados.
Celebración de los sacramentos
El obispo de Menorca también establece las normas y disposiciones para la celebración de los sacramentos: reconciliación, bautismo, confirmación, matrimonio, unción de los enfermos, exequias y entierros.
Las ceremonias nupciales no pueden superar el 75 por ciento del templo y, en todo caso, con un máximo de 250 personas en espacios al aire libre o de 150 personas en espacios cerrados. Los anillos y arras deben ser manipulados exclusivamente por los contrayentes.
En los funerales y exequias se aplicarán los mismos criterios que la Eucaristía dominical. Y en los entierros la participación en la comitiva para la inhumación o despedida para la cremación del cuerpo del difunto está restringida a un máximo de 75 personas, entre familiares y afines, además del ministro de culto.