A tres semanas del día D (el jueves 10 de septiembre), la comunidad educativa de Menorca aguarda a que en las próximas fechas, posiblemente la semana que viene, la Conselleria de Educación concrete las instrucciones para el desarrollo de la actividad lectiva, materialice los refuerzos en departamentos (ahora más clave que nunca) como la limpieza y defina en qué escenario comienza el curso: la relativa normalidad presencial del A, la semipresencial con grupos reducidos y alumnos en casa del B o de nuevo el encierro con el C. En el caso de decantarse por el escenario B, se aguarda una mayor concreción de las indicaciones para implantarlo, y así lo recogen algunos de los planes de contingencia de los centros.
Directores de colegios e institutos consultados explican que en julio dejaron estos planes de contingencia elaborados, a la espera de que en los próximos días lleguen desde la Conselleria de Educación instrucciones más concretas y se definan posibles refuerzos, por ejemplo, en limpieza. «Hay muchas cosas todavía pendientes de cerrar», explica uno de ellos. A partir del 1 de septiembre, con los docentes ya incorporados a los centros, tocará ponerse manos a la obra e informar a los padres de la situación. Algunos han adelantado esta última tarea divulgando sus planes de contingencia de forma abierta. «Hasta reunir a los padres será complicado con las nuevas restricciones de grupos», comenta la directora de un colegio. Algunos comparten el malestar expresado por algunos claustros por las condiciones de trabajo que se avecinan y existe unanimidad a la hora de resaltar lo complicado que resulta trabajar con una situación muy cambiante y medios demasiado justos. En algún centro han reducido plantilla, incluso.
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Menorca (Fapma), Natàlia Roig, considera imprescindible que se defina el escenario con el que se va a empezar el curso, siempre con la preferencia de que «haya la máxima normalidad posible, tenemos que aprender a vivir con el virus». En el caso de que finalmente se opte por el escenario B, el colectivo de familias considera oportuno que se habiliten espacios adicionales, incluso con aulas modulares, una opción que la Conselleria de Educación no ve en principio viable puesto que debería licitarse su instalación y lleva tiempo.
También esperan desde Fapma que se estipulen con gran claridad los protocolos a seguir en el caso de que haya un caso de covid-19 en un colegio durante el curso o sospecha del mismo. Entiende necesario definir aspectos que superan el aula, como si los grupos de los hermanos de un alumno del grupo en que se ha producido el positivo deben también adoptar medidas de aislamiento o cómo los padres pueden encargarse de los niños que deban quedarse en casa si ellos tienen que salir a trabajar.
Coordinación con Salud
«Tenemos muchas dudas», afirma Roig, al tiempo que reclama unos protocolos que afinen al detalle para que con cada posible caso se aíslen el menor número posible de grupos. Directores consultados aseguran que las decisiones de este tipo deben recaer en las autoridades sanitarias una vez ellos han detectado y aislado al alumno enfermo en función de las instrucciones recibidas y el plan de contingencia. Confían en que habrá personal del IB-Salut especialmente pendiente de los colegios para actuar con celeridad cuando se les requiera. La propuesta sindical de un profesional de enfermería por centro es considerada excesiva por directivos preguntados al respecto. Educación anunció ayer que en breve se divulgarán los protocolos establecidos junto con la Conselleria de Salud para este tipo de situaciones. Además, a inicios de septiembre se prevén reuniones informativas entre directivos del Área de Salud de Menorca y los equipos directivos de los centros.
Otros aspectos, como el desarrollo de las actividades extraescolares, también generan preocupación, puesto que las indicaciones hasta ahora han sido demasiado poco concretas.