«Lesbos es la evidencia de que mirar hacia otro lado solo sirve para enquistar y agravar las condiciones de vida de las personas refugiadas y mostrar la indignidad de los países de Europa». Es a partir de esta contundente afirmación que el Fons Menorquí de Cooperació se ofrece para acoger a un máximo de siete personas procedentes del campo de refugiados griego de Moria, arrasado por las llamas, con el objetivo de «darles una oportunidad y garantizar sus derechos». Pone a disposición de las autoridades competentes el alojamiento de emergencia que gestiona.
Además, destinará una partida de 30.000 euros a un proyecto en Lesbos de atención legal a las personas refugiadas «para la defensa de sus derechos», así como 45.000 euros a la atención sanitaria a personas refugiadas en la isla de Quios.
Este organismo denuncia «la grave vulneración de los derechos de las personas refugiadas» y pide «actuaciones urgentes». Plantea «solicitar que España impulse el principio de solidaridad entre los países de la Unión Europea con la aprobación de acuerdos obligatorios para garantizar los derechos de las personas refugiadas y migradas en el nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo». Denuncia una «flagrante violación de los derechos de asilo» y manifiesta su preocupación con respecto a «las condiciones infrahumanas» en las que han quedado los habitantes del campo de Moria tras los incendios. Pese a su capacidad para 3.000 personas, en este campo vivían más de 13.000 refugiados. Llama a actuar porque «dejarles abandonados supone eludir las responsabilidades en materia de asilo y de respeto a los derechos humanos».
Actualmente financia un proyecto de atención sanitaria en el campamento de Chios, dos proyectos en el Líbano de asistencia sanitaria y otro que pretende reducir el riesgo de matrimonio infantil forzado en los campos. En Menorca asume las ayudas de alquiler para personas solicitantes de protección internacional residentes en la Isla y gestiona un piso de acogida para migrantes que lleguen en patera.