El descenso de la demanda eléctrica derivado de la crisis sanitaria y la entrada en funcionamiento a mediados de junio del nuevo cable submarino de interconexión con Mallorca han hecho que la central térmica de Endesa cierre el año 2020 con un desplome sin precedentes en la generación, del 27,16 por ciento. Los 347.897,8 megavatios hora (MWh) que han generado los motores y turbinas de la térmica del puerto se sitúan a niveles que no se veían desde el año 2005, hace 15 años.
El ejercicio se ha cerrado en Menorca con una demanda eléctrica de 401.945,1 MWh, un descenso del 18,1 por ciento en relación a 2019. Hay que remontarse hasta el año 2000 para encontrar una demanda anual inferior. Además parte de esa demanda ha sido cubierta por la electricidad que llega desde Mallorca. Según el balance hecho público por el Institut d'Estadística de Balears (Ibestat) a partir de las mediciones de Red Eléctrica de España, la aportación del cable ha sido de 41.882,2 MWh, el 10,4 por ciento de la demanda anual. Se espera que ese porcentaje aumente hasta acercarse al 20 por ciento en el cómputo anual.
Entrando en el detalle de la generación eléctrica de la central de Maó, las estadísticas reflejan un importante incremento de la utilización de fueloil en comparación con el diésel. En 2019 la proporción de generación a través de fueloil (que alimenta los motores diésel) y de gasoil (para las turbinas de gas) era prácticamente idéntica. Sin embargo, en el año 2020 el peso específico de la producción eléctrica con fueloil como combustible se ha elevado hasta el 64,76 por ciento, por el 31,86 por ciento del gasoil.
Casi el mismo fuel
El incremento del peso del fueloil en la producción de la central térmica de Endesa en Maó se refleja en la evolución interanual. A pesar del enorme descenso de la demanda, el uso de fueloil –la fuente de generación eléctrica más contaminante solo por detrás del carbón– tan solo ha descendido un 2,7 por ciento, mientras que el de gasoil lo ha hecho un 51,79 por ciento.