El obispo de Menorca, Francesc Conesa, remitió ayer unas orientaciones pastorales a las cofradías y hermandades de la Diócesis con varias recomendaciones para la próxima Semana.
«Dada la situación sanitaria que vivimos, y teniendo en cuenta las restricciones sanitarias, no será posible realizar manifestaciones de piedad popular en el exterior de nuestros templos», expone el prelado. A continuación indica que «por segundo año, no podremos expresar nuestra fe y devoción realizando procesiones en la vía pública».
Conesa Ferrer anima a «mantener los actos de devoción y de piedad, durante la Cuaresma y Semana Santa, en el interior de nuestras iglesias, respetando las normas sanitarias, especialmente los aforos permitidos y la distancia social entre los fieles».
Veneración y devoción
El pastor de la Iglesia de Menorca sugiere favorecer la veneración de las imágenes, evitando el contacto con las mismas; organizar las conferencias cuaresmales y el pregón de Semana Santa; realizar actos de devoción, como el rezo del Vía Crucis y el Santo Rosario; y organizar -de acuerdo con los consiliarios de las cofradías- actos de piedad en sustitución de la procesión: celebración de la Palabra, rezo de la Liturgia de las Horas o del Vía Crucis. Se trata de «encontrar formas de expresión y de vivencia de la fe en el marco de las restricciones que nos imponen las circunstancias y las autoridades sanitarias».
El obispo pide «no descuidar la participación presencial en la Eucaristía y los solemnes oficios litúrgicos, núcleo de la Semana Santa». Propone, allí donde se prevean aglomeraciones, multiplicar las celebraciones. Y con la ayuda de las nuevas tecnologías de la comunicación, «sería oportuno retransmitir -indica- las celebraciones para aquellos que no pueden acudir al templo».
Veo por ahí algunos comentarios que se aprovechan el sufrimiento de las personas para predicar su ateísmo. Los que critican la fe en Dios parapetados en el mal físico, tienen una idea de Dios muy infantil y poco formada. Si no les gusta la religión, no la practiquen, no es obligatorio. Pero no aprovechen la vilmente la ocasión para denigrar las creencias en que se apoyan muchos miles de millones de personas para soportar, precisamente, el sufrimiento de la enfermedad y la muerte de seres queridos.