A mediados de mayo de 2011 empezó a operar el dique de Son Blanc, alternativa al puerto interior de Ciutadella, concebido para mejorar las prestaciones y el volumen del transporte marítimo en la parte occidental de la Isla, tanto en el tráfico de mercancías como de pasajeros, aprovechando la cercanía a Mallorca.
El efecto del dique fue casi inmediato. Las estadísticas de Ports de les Illes Balears indican que en el año previo a la inauguración de esta instalación el tráfico de pasajeros en Son Blanc fue de 130.673 pasajeros, una cifra que en 2011 ya subió hasta los 223.101 usuarios. La escalada desde entonces ha sido constante. En 2014 ya se rozó, y en 2015 se superó, la barrera de los 300.000 pasajeros.
Un año significativo fue 2017, con un incremento del 25 por ciento en el volumen de pasajeros, lo que permitió superar la cifra simbólica de los 400.000. Este aumento continuado se quebró con la pandemia, puesto que en 2020 el tráfico descendió hasta las 292.335 personas, una bajada sensible pero ostensiblemente inferior a la que, por ejemplo, se registró en el Aeropuerto, puesto que la ruta aérea Menorca-Mallorca ha vivido con la covid-19 un descalabro.
Así las cosas, en los diez años de funcionamiento del dique han pasado por las instalaciones de Son Blanc unos 3,2 millones de pasajeros de línea regular.
En cuanto a automóviles, las bodegas de los barcos que han operado la ruta han transportado unos 800.000 turismos en estos diez años, alcanzando la cifra anual más alta en 2020 con 118.714, aproximadamente uno por cada cuatro pasajeros.
En cuanto a las mercancías, sirva de referencia que en diez años se han movido por los muelles de Son Blanc más de 250.000 camiones, con un promedio por encima de los 30.000 anuales desde 2016.