El año turístico ha comenzado con menos flota de coches de alquiler y un aumento de precios, una relación lógica en el mercado de la oferta y la demanda. Sin embargo, algunos usuarios habituales del veraneo en Menorca han hecho llegar su sorpresa y su disgusto porque rodar por las carreteras de la Isla les saldrá este año un poco más caro.
Uno de ellos muestra el resguardo de la reserva realizada en una empresa menorquina. Ocho días de un Fiat 500 le salen por 538.56 euros, 67,32 diarios, y lo considera elevado.
El empresario discrepa, «los precios están en función de la demanda», responde. Cree que el precio está ajustado al servicio y prestaciones y recuerda que incluyen otras variables en la determinación del mismo, como el periodo o antelación con la que se realiza la reserva.
La clave reside, en primer lugar, en que no hay la misma flota de años anteriores, «se vendieron muchos coches en invierno para pagar obligaciones», explica.
La segunda causa es imputable a la falta de compra de nuevas unidades por la mayoría de empresas, encargo que suele realizarse en febrero, porque a esas alturas no había garantía de temporada este verano. En ese contexto de incertidumbre tampoco los bancos fueron accesibles para facilitar financiación. En consecuencia, «el precio siempre es relativo», concluye su razonamiento.
Respecto al comienzo de temporada, otros empresarios consultados coinciden en que hay bastante demanda y reservas. «A todos nos va peor que en 2019 pero las sensaciones, no se puede hablar aún de otra cosa, son buenas», señala uno de ellos.