Los vacunódromos ya han cumplido su misión y cierran sus puertas. Desde el 17 de marzo, cuando comenzó la vacunación masiva, en los recintos de Canal Salat en Ciutadella y el Recinto Ferial de Maó se han inoculado 109.000 dosis de los diferentes tipos de vacunas contra la covid-19, lo que supone el 86 por ciento del total administrado en el Área de Salud de Menorca. Los equipos sanitarios recibieron ayer a los últimos pacientes. Durante las semanas de agosto se ha registrado un goteo de personas, actividad que nada tiene que ver con los centenares de pinchazos diarios suministrados en el apogeo de la campaña y que no justifica que los espacios se mantengan abiertos. A partir de hoy, la vacunación continuará pero en los centros de salud, de donde salió para llegar al máximo de población debido a una situación insólita de pandemia.
En los dos vacunódromos han trabajado a diario un médico de guardia no presencial, ocho coordinadores de enfermería, un administrativo y un responsable de mantenimiento, además de un equipo de 32 enfermeras y cuatro auxiliares de enfermería. Personal de Gestión Sanitaria y Asistencial de les Illes Balears se ha ocupado de las labores administrativas y de admisión.
Menorca superó el objetivo inicial del 70 por ciento de su población diana protegida ante el SARS-CoV-2 e incluso a día de ayer rozaba el 80 por ciento con una dosis puesta, mientras que el 77,4 por ciento tiene la pauta completa.
Pero con la circulación de la variante delta se necesita más población vacunada, el objetivo ahora es el 90 por ciento. Este último tramo de población está siendo difícil de conseguir, la vacunación está estancada. Los sanitarios alertan de que los no vacunados siguen en riesgo, ya que la mutación delta del virus se contagia también por la población vacunada, aunque tengan menor carga viral, así que no están protegidos por la inmunidad de grupo.