El inicio de la construcción de una nave destinada a la maduración de quesos en la finca de Son Mercer de Baix, en Ferreries, ha derivado ocho años después en la resolución de una sanción impuesta por el Consorcio para la Protección de la Legalidad Urbanística en Suelo Rústico. La multa alcanza los 9.450 euros puesto que se trata de tres sanciones de 3.150 euros cada una al promotor, al director técnico y al constructor que la ejecutó.
La obra se inició sin que la propiedad dispusiera de la pertinente licencia municipal por la compleja tramitación de la solicitud entres las administraciones.Finalmente se comunicó a los promotores que debían solicitar la declaración de una obra de interés general, al hallarse en un terreno calificado como suelo rústico protegido.
El Consorcio constató, entonces, en el verano de 2013, que las obras para levantar una nave de 276 metros cuadrados se habían iniciado sin licencia por lo que incoó un expediente sancionador. Apenas unos meses más tarde Son Mercer de Baix legalizó la construcción tras obtener la declaración que había solicitado y a continuación la licencia municipal.
El procedimiento sancionador que podía haber acabado en la demolición y restitución del terreno, se archivó entonces al quedar la nave plenamente legalizada, pero se mantuvo vigente el expediente también sancionador correspondiente al inicio de las obras cuando no disponía del permiso municipal.
Ocho años después, ayer el Consorcio resolvió la sanción de las tres multas que suman 9.450 euros, con el voto contrario del Ayuntamiento de Ferreries debido al tiempo transcurrido, considerando que la ilegalidad se resolvió en solo cuestión de meses, ha precisado la regidora de Urbanismo de Ferreries, Maite Pons.
La falta de personal, tanto administrativo como de inspectores, en el Consorcio para la Protección de la Legalidad en Suelo Rústico motiva el retraso en la finalización de expedientes abiertos en su día. El criterio es ir resolviendo los más antiguos antes de que prescriban.