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De las ‘kellys' a los hoteleros: la nueva ley turística suma voces a favor

El presidente de Ashome comparte que Balears sea punta de lanza en sostenibilidad, pero pide más plazo para aplicar

El hotel Sol Beach House de Sant Tomàs, en primer plano, uno de los establecimientos que se halla en obras de modernización | Josep Bagur Gomila

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Los hoteleros menorquines están de acuerdo en el fondo de la propuesta que subyace en la ley turística anunciada por Francina Armengol. «No  hay pasado sino presente y futuro y si queremos ser punta de lanza en sostenibilidad, damos un sí general», declara Luis Pablo Casals, presidente de Ashome.

El acuerdo es consecuencia de las medidas que el propio sector está aplicando ya como lo referido a la economía circular, «estamos contratando con empresas locales», y a la responsabilidad social, «las camas elevables ya lo tenemos en cuenta en los planes de modernización» que las empresas llevan a cabo en sus respectivos establecimientos.

De la tercera gran vertiente de la nueva norma anunciada por la presidenta del Govern y el conseller Iago Negueruela, reducir la huella de carbono, se han andado algunos pasos de acuerdo con los criterios marcados por la Unión Europea. Desde el punto de vista ambiental, medidas dirigidas a menor consumo de agua o de electricidad están implantadas en aquellos hoteles modernizados o en vías de hacerlo. Sanitarios con doble pulsador e iluminación con bombillas led son comunes ya en los hoteles. «En el campo medioambiental, estamos al día», añade.

Los hoteleros menorquines, que fueron consultados hace una semana sobre el contenido de la nueva ley, han mostrado un único reparo, el plazo de transición, que ha de ser más flexible «para que todo el trabajo en marcha se desarrolle sobre parámetros correctos. Dos años de crisis nos han dejado como estamos y la recuperación es ahora la prioridad. Pedimos un periodo de adaptación más extenso, siete o diez años, aunque es probable que lo hagamos antes a través de nuestros planes de modernización», explica el presidente de la patronal menorquina.

Alude asimismo a la infraestructura logística de Menorca como factor que condiciona los plazos. No hay planta de gas natural que facilite la sustitución de los sistemas alimentados por fueloil.

También pone sobre la mesa la capacidad financiera de las empresas para asumir el proceso, ya que las ayudas de los fondos europeos financiarán el 25 por ciento, el promotor ha de asumir el resto.         

Alojamientos

La ley solo habla de hoteles, que en Menorca suponen la tercera parte de la planta de alojamiento. Otro tercio corresponde a las viviendas vacacionales y otro a los apartamentos. «Entendemos que el ámbito de la ley debe ser global», sugiere Casals. En las otras islas, el segmento hotelero tiene más peso, más músculo económico y logístico, de ahí el enfoque general de la norma.

«Vemos la ley necesaria, queremos consenso en su redacción final, la Administración está siendo receptiva, vamos a ver la letra pequeña», agrega.

No pone ningún reparo a las camas elevables, una de las novedades más resaltadas, aunque el proceso de cambio debe ir acompasado a la capacidad inversora que ese cambio exige.

El apunte

Las ‘kellys’: «Las camas elevables parecían una quimera, me cuesta creerlo»

La exigencia de las camas elevables en hoteles y alojamientos turísticos ha sido una reivindicación de las camareras de pisos, «nos parecía una quimera y todavía me cuesta creerlo, ojalá lleguen de verdad a todos los establecimientos», señala María Jesús Cerezález, sindicalista de CCOO y presidenta de la Asociación de ‘kellys’ de Menorca. Esta es una de las novedades más destacadas este martes de la nueva ley cuyas premisas presentó el Govern el lunes en Madrid.

Cuenta su propia experiencia, hace dos años tenía, entre otras, camas de 2x2 en cuatro apartamentos y de las 16 restantes solo una tenía ruedas. «El 75 por ciento de las bajas laborales están provocadas por el sobreesfuerzo, por una lumbalgia ya no vas al médico, te medicas tú misma», señala.

El trabajo de las camareras de piso incluye también baños, cristales y limpieza de zonas comunes, son las que limpian, de ahí el apelativo de ‘kellys’, todo es esfuerzo muscular. Cerezález asegura que no hay un tope de jornada en cuanto a trabajo pautado, «tienes ocho horas de trabajo, cada vez trabaja más gente pero aumenta también la carga en tu rango, en 2005 comencé con 15 apartamentos sin zonas nobles (vestíbulo y otros espacios comunes) y ahora tengo 16 apartamentos y zonas nobles», dice.

Que la ley recoja la obligación de hoteles y apartamentos de las camas renovables le parece «genial, llevamos mucho tiempo luchando por eso», reitera, sin que desaparezca todavía la duda ante una medida que supondrá un avance notorio en la mejora de las condiciones laborales de este colectivo.       

Vivienda

Entre las carencias de la nueva ley, apunta la vivienda de los trabajadores, «un problema cada vez más gordo», indica. Si el hotel que contrata no facilita alojamiento a los trabajadores, estos han de encontrar dónde vivir, «las casas que nos alquilaban las han reformado y ahora las alquilan a turistas. Es el problema pendiente», señala.

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