15 años después de que se paralizaran las obras de construcción del que debía ser el mayor centro comercial de Menorca, los vecinos de Sant Lluís, que en este tiempo lo han visto convertirse en un antiestético mamotreto a la entrada del pueblo, pudieron este sábado visitar por primera el interior de Sa Tanca, ya en manos del Ayuntamiento tras adquirirlo el pasado mes de octubre por 2,1 millones de euros. Comprobaron in situ la inmensidad no solo de las instalaciones, sino del reto que el Consistorio tiene por delante para terminar y darle un nuevo uso a los enormes espacios que se distribuyen entre sus 14.136 metros cuadrados.
Los vecinos pudieron recorrer por turnos los dos sótanos, la planta baja y las dos alturas de este edificio que, aunque se encuentra en buen estado, requiere de numerosas actuaciones de reforma y adaptación a la normativa actual. Antes habrá que definir qué usos concretos se le quiere dar. Espacio no falta ya que entre la planta baja, la primera y parte del primer sótano hay espacio para 50 locales. El Consistorio, que ya ha advertido que el proyecto supera sus capacidades, abrirá un proceso participativo para llegar a un consenso, además de intentar convencer a otras administraciones de rango superior para poder lograr financiación. La idea del municipio es en primera instancia poner en funcionamiento el aparcamiento del sótano 2, que ya está diseñado para ello, y después poder dar cabida a espacios para entidades, habilitar dependencias municipales y otro tipo de oferta como un museo o una sala de exposiciones, usos que todavía están por definir
La alcaldesa, Carol Marqués, tuvo este sábado la oportunidad de trasladar en persona esa necesidad de apoyo externo a la presidenta del Consell, Susana Mora, y al conseller balear de Fondos Europeos, Miquel Company, que participaron en la visita institucional. Todos asumen que la recuperación de este espacio no será ni rápida ni barata, pero el camino para transformar Sa Tanca ya ha empezado a dar los primeros pasos.