El Consell celebró ayer una sesión para dar trámite a la renuncia de la consellera Francesca Gomis. Para hacerse una idea de la misma, de los 11 minutos de duración, la mitad correspondió a la intervención de Eugenio Ayuso, quien cortésmente agradeció la dedicación de la consellera al cargo que ha desempeñado tres años y que ayer ya no acudió al pleno.
El diputado de Ciudadanos, que no destaca precisamente por su agresividad, tildó de esperpento el episodio de renuncia-destitución de Gomis y habló de las lecciones aprendidas con este caso.
Misericordia Sugrañes, portavoz del PP, expresó un único reproche, según dijo, que los gobiernos tripartitos funcionan realmente como partidos estancos, «cada uno va a lo suyo, el objetivo es salvar la silla sin importar los intereses de los menorquines». Y apuntó a «la grave irresponsabilidad de la presidenta, que lidera el grupo, si dicen que el área no funcionaba desde el principio debían haberla ayudado o tomar medidas entonces», le dijo.
Sonaron mucho más los silencios, en particular el de su grupo, Més per Menorca, y el de la presidenta, quien no pasó del socorrido y breve agradecimiento. De Podemos, conocida la relación con la consellera que se va, no se esperaba nada.