La Asociación de Comerciantes de Menorca (Ascome) insta al Consell Insular, a los Ayuntamientos y administraciones a intervenir en la problemática de los cientos de locales vacíos y en desuso que abundan en las calles de los diferentes municipios de la Isla. Además, se suma a la propuesta del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears (Coaib) y pide que esos locales se reformen para adaptarlos a unas condiciones óptimas de habitabilidad.
El presidente de Ascome, Vicente Cajuso, lamenta que esas tiendas abandonadas que no encuentran inversores «se ven sucias, dan una mala imagen y reducen las ventas en los comercios colindantes». Asimismo, asegura que «convierten a las calles en más inseguras, porque hay menos iluminación y gente». Añade que pierden clientes potenciales porque «en lugar de quedarse en la zona urbana y apoyar al comercio local, se van al extrarradio».
En plena crisis habitacional, desde Ascome proponen convertir esos locales comerciales vacíos en viviendas y, por ello, piden que se flexibilicen los requisitos para obtener la cédula de habitabilidad. «Ahora, conseguirla es muy difícil porque hay muchas trabas», explica Cajuso, quien insiste en que «lo que pretendemos es que no haya tantos locales comerciales vacíos en Menorca».
Cuenta que, solo en la calle Josep Maria Quadrado «hay alrededor de 16 espacios abandonados». En base a esto, estima que «solo en Maó, habría unos 350 o 400 locales vacíos y, en el conjunto de la Isla, cerca de los 1000».
En caso de que esos locales comerciales no pudieran ocuparse, desde Ascome plantean la posibilidad de que los comercios contiguos negocien con los propietarios de los espacios abandonados para mantenerlos en mejores condiciones y utilizarlos como escaparate. También sugieren convertir algunos locales de mayores dimensiones en oficinas municipales o, incluso, en aparcamientos.
Pleno del Consell
Las presiones para poner fin a esta problemática llevaron al pleno del Consell a aprobar, el pasado 18 de julio, una moción de Ciudadanos por la que estudiará fórmulas para relajar las restricciones, de manera que los locales comerciales vacíos puedan convertirse en viviendas.