María Huguet Cardona, hermana del sacerdote beato asesinado en julio de 1936, ha fallecido a los 96 años. Es la última testigo de los dramáticos hechos que vivió Ferreries tras el inicio de la guerra civil española 1936-1939 con la muerte violenta, en el Ayuntamiento de esta población, de su hermano Joan, a los 24 años.
En una emotiva y sobrecogedora entrevista publicada por Es Diari en julio de 2021, 85 años años después, explicó el trágico suceso, porque la vida de María Huguet Cardona, sus padres y hermanos estuvo marcada por la la muerte de su hermano sacerdote en las Casas Consistoriales, en la tarde del 23 de julio de 1936.
En aquella entrevista explicó: «De mi madre aprendí a perdonar. Olvidar, no. Cada día le rezo. Mi hermano siempre había actuado como si tuviera que morir de esta forma, mártir, como si lo previera, aceptándolo. Este fue siempre el consuelo de mi madre. Cuando mi padre ya había muerto y ella era mayor, la encontrábamos a veces con las lágrimas en los ojos. «No li plor ses glòries, però seria ses meves garrosses». Lo decía refiriéndose a lo que significaba la pérdida de aquel hijo».
La celebración de la festividad del beato Joan Huguet Cardona forma parte hoy del calendario litúrgico y se conmemora cada año. Su hermana María contaba sólo diez años de edad y ella lo vivió en primera persona. No quería separarse del joven sacerdote, ordenado presbítero el 6 de junio en Barcelona por el obispo Irurita, que también murió mártir de la Iglesia católica al ser asesinado.
Joan Huguet, adscrito a la parroquia de Ferreries, ofició su primera misa el 21 de junio de 1936, festividad del Sagrado Corazón. En esta Eucaristía el predicador ya le anunció que estuviera preparado para el martirio, porque la persecución contra la Iglesia y las consignas anticlericales constituían un trágico presagio.
María Huguet presenció como dos milicianos y un soldado acudieron al domicilio familiar para llevárselo a las Casas Consistoriales, donde fue asesinado. Al registrar a Joan Huguet, apareció un crucifijo y una medalla, y el sargento Pedro Marqués Barber, que se había proclamado «comandante militar de Menorca», los sostuvo a la altura del rostro del sacerdote, y le conminó:
-Escupe ahí, escupe ahí, que si no te mato.
Joan Huguet Cardona negó con la cabeza, después alzó los ojos, extendió los brazos en cruz y exclamó: ¡Viva Cristo Rey!
Dos disparos a quemarropa al negarse a escupir contra una cruz acabaron con su vida.
La periodista Sonia Marqués Camps concluyó la entrevista con María Huguet Cardona, en julio de 2021, con este comentario: «Maria no ha perdido esta tristeza, que delatan sus ojos cuando lo cuenta. Se casó con Joan Serra Pons en 1957, el año en que el nuncio Hildebrando Antoniutti vino a Ferreries. Fue a visitar los restos del mártir, enterrado en el cementerio municipal, que en noviembre del 2000 fueron trasladados a la iglesia parroquial de Sant Bartomeu. Tuvieron cinco hijos. Ellos también han vivido siempre, en cierta forma, marcados por esta historia familiar. Los otros dos hermanos del beato Joan Huguet Cardona, Vicente y Paco, ya han fallecido. Desde su casa des Carrer Fred, Maria nos ha concedido esta entrevista, con una amabilidad y una claridad mental, a sus 95 años recién cumplidos, increíbles, que permiten este testimonio vivo».